DOCTORA GHISLAINE LANCTOT, VALOR Y SABIDURIA FRENTE A LA MAFIA FARMACOMEDICA
Nací en Montreal
(Canadá). Fui médico y hoy soy Ghislaine Lactot médico del alma. Me he divorciado dos veces y tengo cuatro hijos (de 37 a 28 años) y cuatro nietos. ¿Política? ¡Soberanía individual! Cree en ti:
eres divino y lo has olvidado. La medicina actual fomenta la enfermedad, no la salud: lo denuncio en mi libro “Lamafia
médica”.
¿Todavía no es consciente de porqué cada vez mueren más personas de cáncer y nunca se encuentra la cura?
Si aprecia su propia vida, la de sus hijos y la de sus seres queridos, deténgase un ratito en su vida, vea, escuche, lea su libro y ponga los 5 sentidos en la siguiente
información dada por una de las pocas médicos valientes, heroína, que será reconocida con el tiempo, que se ha atrevido a destapar la oscura realidad y la verdad del mundo en
el que vivimos. Si escucha atentamente a la perseguida y encarcelada por la inquisición moderna, Dra. Ghislaine Lanctot, entonces tendrá una oportunidad de sobrevivir a este
corrupto sistema podrido hasta las entrañas en el que nos ha tocado vivir.
La mafia Médica (1994) es el libro que le costó a la doctora Guislaine Lanctôt su expulsión del colegio de médicos en Canadá y la retirada de su licencia para ejercer la
medicina.
Se trata probablemente de la denuncia publicada más completa, integral, explícita y clara del papel que juega a nivel mundial el criminal complejo formado
por la industria farmacéutica y su cómplice, el sistema sanitario. Pasados ya 18 años, después de varias amenazas y de haber sido encarcelada, sigue activa y
publicando denunciando al mafioso negocio de la Medicina, del sistema establecido y postulando a favor de lo que ella llama muerte civil: “cuando dejamos
de reconocer las autoridades externas para someternos a la única autoridad que existe: la de uno mismo”.
Ghislaine, ahora vive sin cargos públicos ni títulos académicos, sin propiedades, sin pagar impuestos, sin carnets, sin documentación, sin tarjetas… libre.
¿Qué es “La mafia médica y cómo se estructura”?
El sistema de sanidad actual en el mundo: “atiende a la enfermedad, no a la salud, al tiempo que hace vulnerables a las personas al volverlas ignorantes, dependientes y consumidores de
fármacos”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), es el Ministerio del “Gobierno Mundial” representado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Pues bien, la OMS es la que establece las
políticas de salud y todos los países miembros ejecutan estas políticas. Todo esto es parte de un programa que se llama NUEVO ORDEN MUNDIAL, anunciado en 1990 por el entonces presidente de Estados Unidos George Bush (padre del presidente George W. Bush) si bien, ya
estaba en preparación desde años antes.
El individuo ha entregado su poder a los médicos y su dinero a los seguros. Es el poder absoluto a nivel mundial, y existe porque está establecido con todos los
organismos que funcionan como ministerios, la OTAN, UNICEF, UNESCO, FAO. Todas estas estructuras son los ministerios del “Gobierno Mundial” estableciendo las políticas en
diferentes ámbitos para todos los países del planeta.
Dra. Guislaine Lânctot
Entrevistada en Quebec (Canadá), de dónde por ahora no puede salir al prescindir también de documentos personales, como el pasaporte. Con ella repasamos su historia y
hablamos de temas tan actuales como de la inexistencia de la deuda de los países; de cómo las elecciones (¿democráticas?) son grandes falacias en las que
unos cuantos borregos eligen a los pastores que los van a llevar al matadero; de que el SIDA no existe como enfermedad o que el CÁNCER no es ya ningún misterio, sino una enfermedad que
se puede curar muy bien, pero cuyos tratamientos están prohibidos.
Gwen Olsen “levanta la alfombra” de la industria farmacéutica
CONFESIONES DE UNA TRAFICANTE DE DROGAS PARA LAS FARMACEUTICAS
Gwen Olsen trabajó quince años en los equipos de ventas de grandes laboratorios como Johnson
& Johnson, Bristol Meyers Squibb y Abbot.
Bueno, pues decidió abandonar su trabajo y su carrera el año 2000... cuando sus jefes le
pidieron que comercializara un nuevo antidepresivo. Ahora trabaja para una empresa de productos naturales. Y acaba de publicar Confessions of an Rx Drug Pusher: God’s Call to Living Arms, obra en
la que, entre otras cosas, denuncia el mercantilismo existente en torno a los antidepresivos y sus graves efectos secundarios.
Un vídeo que no tiene desperdicio, os vais a
quedar con la boca abierta....
SE QUEMÓ VIVA...
Algo que, por desgracia, conoce de primera
mano. No ya porque sepa perfectamente lo que hay detrás de su comercialización –que también- sino porque una sobrina suya se suicidó después de haber tomado antidepresivos. Le fue prescrita la
medicación tras un accidente de automóvil y cuando trató de dejarla cayó en una profunda depresión. “Se quemó viva –explicaba Olsen en una entrevista a Kathy Rumlesky en Free Press Reporter-. Se
había vuelto adicta y cuando intentó dejarlo cayó en una depresión. Su médico la prescribió otro antidepresivo y eso la llevó a una espiral descendente, hacia el suicidio”. Es más, la propia Gwen
Olsen fue tratada con antidepresivos en 1992. “Me volví una psicópata maníaca”, reconocería. Añadiendo: “Aproximadamente el 25% de la población que los toma tendrá reacciones adversas
serias
LOS NIÑOS LOS MÁS VULNERABLES
Aunque quizás lo más impactante de su
testimonio sea su referencia a los niños porque, según asevera, son más vulnerables a los efectos secundarios debido a que sus órganos están aún desarrollándose: “Reaccionan tres veces más a
estas drogas que un adulto”, denuncia. Durante la entrevista Olsen deja además para la reflexión una idea especialmente significativa por proceder de alguien vinculado durante mucho tiempo a la
industria farmacéutica: “Hay importantes incentivos económicos para sobreprescribir estas drogas”. A lo que añade: “Son un mecanismo de control social”. Como colofón asegura que una vez que
alguien empieza a consumir psicofármacos nunca podrá dejarlos: “Será cliente de la industria farmacéutica toda la vida –afirma-. Los medicamentos alteran la patología química del cerebro para que
no pueda dejarlas. Son sumamente adictivas”.
LAS PRÁCTICAS CRIMINALES DE LAS FARMACÉUTICAS AL DESCUBIERTO
A las industrias farmacéuticas no les importa pagar miles de
millones en multas porque, con los medicamentos asesinos, han ganado diez veces más.
Según el Premio Nobel Richard J.
Roberts: "...Las farmacéuticas no están interesadas en curar, sólo quieren ganar
dinero..." Las
medicinas no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y hacen experimentar una mejoría quedesaparece
cuando deja de tomar el medicamento. Los políticos son meros empleados de los grandes capitales...
Documental "Medicamentos y Dinero"
El programa "People & Power" investiga el fraude y la corrupción de la industria
farmacéutica.
FARMACOS NOCIVOS PARA EL COLESTEROL, HIPERTENSION Y ALZHEIMER
A continuación publicamos un nuevo artículo-denuncia escrito por el valiente investigador y periodista Miguel Jara en el que acudiendo a los datos ofrecidos por estudios oficiales de
fundaciones farmacológicas, se pone de manifiesto la cantidad de basura en forma de medicamentos que nos vierten cada día desde los consultorios médicos en base a una premisa
muy clara: el enriquecimiento multimillonario y avaricioso de la industria farmacéutica, la cual, hace tiempo que, en muchos aspectos, dejó de servir a la salud para
convertirse en el mayor generador y promotor de la sobre-medicación dañina y sin escrúpulos que actualmente se lleva a cabo sobre la población construida en base a la
invención, creación y exageración de muchas supuestas enfermedades para así suministrar todo tipo de dañinos e inútiles fármacos, muchos de los cuales han
sido denunciados, condenados y retirados judicialmente.
En la situación actual de crisis económica el uso eficiente de los recursos es una prioridad. Algunos fármacos de introducción reciente en el mercado no suponen verdaderos
avances terapéuticos y generan una carga considerable para el sistema de salud. En el último número de su
boletín, la Fundación del Instituto Catalán de Farmacología, presenta algunos ejemplos de medicamentos caros y con una relación beneficio-riesgo dudosa,
además de peligrosos, que tienen un coste considerable para las arcas públicas. Ejemplos para ahorrar dinero y salud.
Ezetimiba es un fármaco que inhibe la absorción intestinal del colesterol. Está comercializado en monoterapia (Ezetrol®, Absorcol®) y en combinación con
simvastatina (Inegy®, Vytorin®). Los resultados de los ensayos clínicos indican que ezetimiba no tiene eficacia clínica. Combinada con
simvastatina da lugar a una reducción de los niveles de colesterol más marcada que con la estatina sola pero no reduce la incidencia de infarto de miocardio, ictus u otras
complicaciones clínicas.
El aliskireno (Rasilez®, Riprazo®) en combinación con hidroclorotiacida (Rasilez HCT®) es para el tratamiento de la hipertensión arterial.
Después de revisar la relación beneficio-riesgo, las agencias reguladoras consideran que el uso combinado de aliskireno está contraindicado en personas diabéticas y en
pacientes con insuficiencia renal grave y no se considera recomendable para el resto de los enfermos (o sanos).
La enfermedad de Alzheimer tiene una enorme repercusión familiar y social. Sólo disponemos de fármacos de eficacia muy modesta para su tratamiento sintomático. La memantina
(Axura®, Ebixa®) está autorizado para el tratamiento de las formas moderadas y graves de la enfermedad. Ha mostrado una eficacia marginal.
En un metanálisis de ensayos clínicos controlados con placebo en pacientes con enfermedad de Alzheimer leve, no se observó ningún efecto beneficioso sobre la función
cognitiva, la función global, las actividades cotidianas y el comportamiento.
Tras leer esto, los que estáis comiendo estatinas como locos para “combatir el colesterol” o no sabéis lo que le recetan a vuestro familiar con Alzheimer o a vosotros mismos para la
hipertensión, no sólo pensaréis que os están tomando el pelo y además jugando con vuestra salud (leed en el prospecto sus efectos adversos) sino que os preguntaréis ¿en qué
fármacos y áreas terapéuticas se gastan mi dinero vía impuestos?:
Los hipolipemiantes fueron el quinto grupo (por áreas terapéuticas) que generó más gasto en 2011 en Cataluña a cargo de la adminstración, con 63,5 M€.
Una de las especialidades que contiene ezetimiba, Ezetrol®, fue uno de los medicamentos más prescritos por importe, con un gasto de más de 8 M€. En España en 2010 se
gastaron 107 M€ en ezetimiba.
Ocurre algo similar con los fármacos para controlar la hipertensión, fueron el tercer grupo que generó más gasto en 2011 en Cataluña a cargo de la Administración, con casi 100
M€. El aliskireno fue uno de los fármacos con mayor incremento de gasto respecto al año anterior; en 2011 se gastaron más de 2,5 M€.
Los fármacos para la enfermedad de Alzheimer generan un gasto muy elevado; en 2010 en España se gastaron 276 M€ en donepecilo, rivastigmina y memantina. En Cataluña en
2011 el gasto en memantina y donepecilo fue de más de 30 M€. Durante el primer trimestre de 2012, el gasto en memantina, donepecilo y rivastigmina ha sido de 12
M€ y luego no tienen para pagar a los cuidadores de ancianos.
Anda corre, ve a tu médico y pásale este post y el enlace al boletín de la Fundación del Instituto Catalán de Farmacología y luego me cuentas qué te dice. Además, cuando un medicamento es
utilizado para una indicación no autorizada, el médico que lo ha prescrito puede tener responsabilidad civil y penal en caso de que produzca efectos
indeseados y haya una denuncia de familiares.
NARCOTRAFICANTES DE BATA BLANCA. Nuevos testimonios y documentales sobre la corrupción y criminalidad de la Industria Farmacéutica y la Psiquiatría
____________________
Más información libre sobre salud
Los futuros clientes de la Industria Farmaceutica
VÍDEO: Explosión a Nivel Internacional para Tratar a los Niños con Psicofármacos. En 1975, los autores Peter Schrag y Diane Divoky hicieron una
advertencia respecto a que se estaba creando una generación que cree que el uso y respuesta está en los estimulantes, en su libro El Mito del Niño Hiperactivo dicen: Se está condicionando
lentamente a toda una generación para que desconfíe de sus propios instintos, para que considere que los puntos en que se desvía de los estándares cada vez más estrechos de las normas aprobadas,
son una enfermedad y para queonfíen en las instituciones del estado y en la tecnología para que definan y den forma a su salud... el impacto de ese condicionamiento es casi
incalculable.
No obstante, y a pesar de numerosas advertencias en sus inicios, la década de 1990 fue testigo de un alarmante incremento en el número de niños a quienes se diagnosticó con Trastorno por Déficit
de Atención e Hiperactividad y a los que se prescribió estimulantes y antidepresivos. Hoy en día, aunque Estados Unidos consume el 85% de la producción de un estimulante, el problema ya no se
limita a este país, el uso global del nestimulante saltó de 2.8 toneladas en 1990 a 15.3 toneladas en 1997.
México: De 1993 al 2001, un reportaje de Ricardo Rocha en canal 13, informó que el número total de prescripciones con metilfenidato se incrementó un 800 % y que las ventas del estimulante habían
alcanzado los 27, millones de pesos. Este consumo desmedido de sustancias controladas a nivel masivo se impulsó luego que la Asociación Psiquiátrica Americana introdujera en su catálago de
facturación, el controvertido Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales-III, cuando los
miembros del panel en una junta de acuerdo y mediante una votación determinaron que era una
condición enfermiza de los niños en el 1987. Sin pruebas de laboratorio que constatarán una anormalidad en el cerebro, y en base a un diagnostico subjetivo, se recetan estimulantes que nunca se
habían indicado para los niños en la historia de la medicina.
Excelente documental que denuncia el fraude de la psiquiatría y el crimen contra la humanidad que supone su alianza con el estado. www.humanityalert.org
La compra-venta de la enfermedad es una estrategia altamente exitosa que convierte las situaciones normales de la vida en condiciones de enfermedad psiquiátrica, haciendo que la gente de todos
los estratos sociales se preocupe acerca de la “enfermedad mental” más reciente; y que soliciten una pastilla.
LA TEORÍA DEL “DESEQUILIBRIO QUÍMICO DEL CEREBRO” ES EL FRAUDE MÁS EXITOSO DE LA PSIQUIATRÍA.
Al paso de los años, la psiquiatría ha convencido a millones de personas que sus cambios emocionales, se deben a la deficiencia de serotonina y que solamente pueden ser aliviados tomando fármacos
que trastornan la mente, como los antidepresivos.
Cuando se dio a conocer la teoría del desequilibrio químico cerebral, surgió una avalancha de críticas y cuestionamientos, tanto que, el Dr. Steven Sharfestein, entonces presidente de la
Asociación Americana Psiquiátrica (APA) tuvo que retractarse públicamente diciendo que “no existe ‘ninguna prueba contundente de laboratorio que determine la existencia de un desequilibrio
químico en el cerebro”.
El vocero de la APA, el Dr. Marc Graff, dijo que la teoría del desequilibrio químico del cerebro, ERA PROBABLEMENTE UNA AFIRMACIÓN PROVENIENTE DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA
(No resulta para nada sorprendente si consideramos que sólo por la venta de antidepresivos semueven más de 13 mil millones de dólares anuales).
Cuando se le preguntó al Dr. David Burns, ganador del premio A.E. Bennett de la Sociedad de Bioética de Psiquiatría, sobre el estatus de la teoría del desequilibrio químico de la serotonina,
dijo: “pasé los primeros años de mi carrera, investigando tiempo completo el metabolismo de la serotonina, pero nunca encontré ninguna evidencia convincente de que cualquier trastorno
psiquiátrico, incluyendo la depresión, fuera debido a una deficiencia de serotonina del cerebro, de hecho no hay forma de medir los niveles de serotonina en una persona viva, por lo que no hay
forma de probar éstas teorías”.
A pesar de estos hechos, se les ha prescrito psicofármacos a decenas de millones de personas en todo el mundo, Muchos de los consumidores creen, debido al bombardeo de publicidad, que están
corrigiendo una condición física, CONDICIÓN QUE SIMPLEMENTE NO EXISTE.
Recién en el 2004, y después de las innumerables tragedias que se habían registrado, se alertó al público del riesgo que corren los niños y adolescentes al tomar antidepresivos. También los
adultos corren los mismos riesgo (entre ellos el suicidio).
Los antidepresivos son peligrosos, causan entre otras cosas, ansiedad, agitación, ataques de pánico, insomnio, irritabilidad, hostilidad, impulsividad, acatisia (intranquilidad severa), hipomanía
(excitación anormal, manía leve) y manía (psicosis caracterizada por sentimientos exagerados y alucinaciones).
Mientras que los psiquiatras insisten en que la enfermedad es una condición neurobiológica, y han gastado miles de millones de dólares sin haber conseguido evidenciar esta teoría, el psicólogo
Bruce Levine, autor de Commonsense Rebellion (La Rebelión del Sentido Común) está dentro de aquellos que han enderezado los conceptos diciendo: NO SE HAN ESTABLECIDO MARCADORES BIOQUÍMICOS O
GENÉTICOS PARA EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN, EL TRASTORNO OPOSICIONISTA DESAFIANTE, LA DEPRESIÓN, ESQUIZOFRENIA, ANSIEDAD, COMPULSIÓN POR EL ALCOHOL O EL ABUSO DE DROGAS,
SOBREALIMENTARSE, APOSTAR, O NINGÚN OTRO DE LOS SUPUESTOS ENFERMEDADES, MALES O TRASTORNOS MENTALES.
Este video es parte del documental en DVD “El Marketing de la Locura: ¿Estamos todos locos?”
Evidentemente somos ganado viviendo en una granja de experimentación y exterminio, donde quienes se creen dueños, hacen lo que se les ocurre con el resto de los humanos… SALGAMOS DE ELLA!!! DE
NOSOTROS DEPENDE.
Farmafia: John
Virapen habla sobre las barbaridades que han cometido las farmacéuticas, contra nuestra salud...
¿Quieres saber lo que piensa un ex-dirigente, de Suecia, de la industria farmacéutica, en Eli Lily, después de 35 años de
servicio?
¿Tienes curiosidad de saber su punto de vista sobre el polémico asunto
de la vacunación? ¿Te interesa conocer qué piensa él sobre el Síndrome de Hiperactividad y Desorden de Atención? ¿Quieres saber por qué criterios “científicos” determinan lo que es o no una
enfermedad psiquiátrica? ¿Quieres saber lo que ocurre cuando se demuestra que un fármaco mata a las personas?.
Virapen admite que sobornó al gobierno sueco para que fuera registrada como fármaco el conocido PROZAC y sabe mucho más, que se ha
convertido en su seguro de vida tal y como él mismo dice. El “despertó” cuando tuvo a su hijo y se dio cuenta de que lo que había hecho a miles de personas, le ocurriría a su mismo hijo en este
mismo sistema.
Virapen está dispuesto a ir a hablar allí donde le inviten para que esta verdad llegue a la gente porque tal y como dice: “las
protestas públicas pueden conseguir que esta industria deje de fabricar muertos”.
Virapen: Trabajó por 35 años de su vida en la
industria farmacéutica y ahora fuera del negocio sucio se decidio ha hablar,acontarnosla verdad que se esconde tras esa verdadera
mafia...
Otras declaraciones suyas en esta charla en Alemania:
“La industria farmacéutica es la más corrupta y poderosa del mundo y mata más gente que todas las guerras que tenemos activas en el
mundo, pero a largo plazo. Están más interesados en enfermar a la gente que en curarla”.
“Los médicos estos días no saben mucho de medicina, ni se preocupan mucho de tratar a sus pacientes. Piensan más en cuánto dinero se
les pagará”.
En definitiva, Virapen no dice todo lo que sabe, pero todo lo que dice necesita ser dicho y escuchado y comprendido por todos nosotros,
consumidores. Debe ser difundido sin dilación a todos nuestros familiares, amigos y conocidos, especialmente a aquellos cuyas decisiones penden sobre los niños, a los que tenemos la obligación de
proteger porque son el futuro de nuestro nuevo mundo.
La crisis de la industria farmacéutica...
La gran industria farmacéutica tal y como la conocemos, eso que se ha dado en
llamar Big pharma, está en crisis. Los grandes laboratorios tienen varios problemas que resolver: falta de novedades medicamentosas, competencia feroz de fabricantes de genéricos, un público
preocupado por la seguridad de los productos y frecuentes falsedades en las promesas de marketing. En suma, el viejo modelo está acabado, pero todavía no se sabe cómo va a ser el nuevo.
Durante los últimos años estas compañías no están encontrando la suficiente cantidad de nuevos principios activos que patentar y ello se junta con que están caducando las patentes de los fármacos
superventas. En plena crisis financiera global, las administraciones públicas, en general, están optando por la receta de genéricos. El modelo de marketing basado en la compra de la voluntad de
los médicos para que receten las novedades de los laboratorios tiene cada vez más resistencias. Y por si fuera poco durante los últimos años asistimos a un incremento de los escándalos por los
graves efectos adversos de muchos medicamentos, lo que supone un fracaso en la regulación del mercado.
-VIOXX (ROFECOXIB) de la compañía
Merck, prometía ser más y efectivo y seguro que los anti-inflamatorios no esteroideos ya existentes, pero cuando fue retirado del mercado, después de seis años, más de 100.000 personas, sólo en
EEUU, habían sufrido ataques cardíacos e ictus debido a su consumo. Merck se vio obligada a pagar 4.850 millones dólares en indemnizaciones, aunque lo más grave de esta epidemia farmacológica es
que antes de su autorización, la empresa ya tenía sospechas de los riesgos cardiovasculares y manipuló el diseño y los datos de los estudios para minimizar sus efectos
adversos.
NINGÚN MEDICAMETO TIENE “COSTE CERO ”. Es decir, todos los fármacos poseen efectos adversos aunque frecuentemente son minimizados o desconsiderados en los
estudios y la publicidad. No es un problema teórico como ilustran algunos escándalos recientes que el médico y coordinador de la Plataforma No Gracias por la regeneración ética del ámbito
sanitario, Carlos Ponte, resume así (y no son todos los casos, claro, podríamos seguir con Agreal, los bifosfonatos, los anticatarrales que llevaban fenilpropanolamina, etc):
-PROZAC, la píldora de la felicidad de Lilly, y otros
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Se prescriben en 54 millones de personas en todo el mundo sin embargo la hipótesis científica en la que se sustentan es más que discutible,
tienen efectos adversos en el área emocional, especialmente ideas suicidas en adolescentes y, sobre todo, cada vez está más claro que, excepto en los casos más graves de depresión, administrar
estos medicamentos no es mejor que tomar una píldora de azucar
-TERAPIA HORMONAL SUSTITUTIVA en la
menopausia, es otro ejemplo de epidemia farmacológica que ha provocado graves problemas (cáncer de mama y accidentes cardiovasculares) con argumentos pseudo-científicos.
-LIPOBAY-BAYER- un medicamento para
el colesterol que producía daño muscular (rabdomiolisis). Con millones de consumidores y después de 52 muertos [corrijo a Ponte pues Bayerreconoció al menos 100 fallecimientos], fue retirado del mercado tres años más tarde (2001). Bayer
fue condenada a pagar 872 millones de dólares.
-RITALINA, una anfetamina (metilfenidato) que se receta a millones de niños en todo el mundo para tratar la “Hiperactividad y Déficit de Atención”, basándose
en un ensayo clínico del que uno de sus autores afirmó que “sus beneficios se habían exagerado”. Su consumo prolongado no ha demostrado mejoría de los síntomas y sí retraso del crecimiento y
algunas muertes aisladas, de momento inexplicadas, cuando es indudable que hay alternativas seguras como la psicoterapia, la dieta o el ejercicio.
Ante esta situación Carlos Ponte concluye:
Es evidente, por tanto, que estos y otros problemas se pueden evitar con ensayos clínicos más rigurosos, mayor control y efectividad por parte de las agencias reguladoras y de los estudios de
efectos adversos post-licencia.
PERU, FARMAINDUSTRIA EXPERIMENTA CON BEBES HUMANOS
Posted on8 julio,
Hemos denunciado hasta la saciedad la mafiosa y criminal industria farmacéutica que, en connivencia con nuestros vendidos e hipócritas gobiernos, tratan al ser humano como carne objeto
de sus innombrables aberrantes atentados contra la humanidad.
A continuación tienen un ejemplo más de hasta qué punto puede llegar la falta de escrúpulos y la indiferencia de estos criminales aprovechándose impunemente del desconocimiento y la
permisividad legal de países en vías de desarrollo.
Denuncia del programa “La Ventana Indiscreta” de Perú. En unos tiempos donde cada vez más se lucha contra la experimentación en animales, hay lugares en el mundo donde experimentar
con bebés parece normal. Curiosamente, países como EEUU parece que, mientras cada vez más protegen a sus animales, se van a países de terceros para tratar a los bebés ajenos como nunca se les
permitiría con los suyos, es vergonzoso, no hay palabras para describir esto.
Desgraciadamente, este no es un caso aislado. Debería ser un crimen contra la humanidad comprometer el futuro de unos seres pequeñitos que no están en plenas facultades de decidir si quieren
correr ese riesgo.
LOS ANTIDEPRESIVOS NO SIRVEN PARA NADA
Discovery Salud Televisión realiza un exhaustivo estudio sobre la fluoxetina (Prozac)
Los antidepresivos “modernos”, los conocidos inhibidores de recaptación de la serotonina, de los que la fluoxetina –comercialmente más conocido como Prozac- son desde hace veinte
años la estrella de los fármacos, y son tan eficaces para tratar la depresión… ¡como un placebo! Es decir, no sirven para nada. Al contrario, hacen más daño que
benefician.
Lo constató un equipo de investigadores tras revisar los 47 estudios que la FDA recibió entre 1987 y 1999.
Se lo dan hasta a los niños. Esto es una vergüenza...
LOS ANTIDEPRESIVOS: CAUSA DE MUCHOS ACTOS DE
VIOLENCIA
Los psicólogos David Healy y David B. Menkes han realizado junto a Andrew Herxheimer, miembro del conocido Centro Cochrane de Gran Bretaña, un estudio revisando la relación
existente entre algunos antidepresivos y distintas situaciones acciones juzgadas en los tribunales. Y en su opinión de los ensayos clínicos y estudios de farmacovigilancia realizados se deduce la
existencia de relaciones entre ciertos antidepresivos y los comportamientos violentos de quienes los ingirieron. De hecho hay jueces y jurados que han dejado libres a algunas personas a pesar de
haber cometido horrendos asesinatos en el convencimiento de que lo hicieron bajos los efectos de antidepresivos. Otros, por el contrario, se han negado a considerar siquiera la posibilidad de que
tales fármacos pudieran haber sido -en mayor o menor medida- la causa de su comportamiento violento.
¡No culpable!
Tal fue la sentencia del Tribunal Superior del condado de Thurston (Washington) hace sólo unas semanas. Después de muchos meses Eric y Margaret Attwood volvieron a caminar juntos como tantas
veces habían hecho durante sus últimos 60 años de convivencia. Viéndoles tan unidos era difícil imaginar que en la mañana del 3 de octubre del pasado año Eric había apuñalado en el cuello a su
mujer mientras dormía...
Podía haber sido un caso más de violencia de género, similar a otros muchos de los que en
nuestro país nos espantan a diario, pero en esa ocasión el juez dictaminó que según las pruebas el intento de asesinato fue motivado por un ataque de locura transitoria causada por la ingesta del
antidepresivo Wellbutrin.
También hace sólo unas semanas, perdida entre las páginas de un diario, una noticia de tan sólo unas líneas relataba que un joven se había suicidado. El texto añadía, sin profundizar en ello, que
llevaba algún tiempo sometido a tratamiento psiquiátrico.
Patología mental y medicación. ¿Cuál la causa? ¿Cuál el efecto?
Dos realidades cabalgan juntas como caballos desbocados por nuestra sociedad del bienestar. Porque cada vez más personas recurren a los psicofármacos como solución a sus problemas mentales y/o
emocionales y cada vez son también más los hechos violentos inexplicables que achacamos a una agresividad irracional. Se trata de realidades que normalmente contemplamos por separado... salvo
cuando ambas coinciden. Y es entonces cuando la duda de si no habrá conexión entre ambas surge inevitable.
Ciertamente hay personas que aseguran sentirse mejor tras tomar psicofármacos pero lo cierto es que quienes los consumen, los van a consumir o, lo que aún es más grave, están dispuestos a que los
tomen niños y adolescentes para “solucionar” sus problemas deberían ser conscientes de algo indiscutible: ningún antidepresivo es inocuo.
De hecho su larga lista de
efectos secundarios causaría espanto sin más si no fuera por el “aval” que reciben de tantos psiquiatras y médicos de cabecera. Porque no hablamos sólo de efectos como malestar estomacal, mareos
y subidas de tensión además de problemas de insomnio y alteraciones que impiden la conducción sino incluso de inestabilidad emocional, hostilidad, agresividad, ideas suicidas o intentos de
suicidio, acatisia -incremento de la inquietud-, despersonalización o agravamiento de la depresión, entre otros... Pudiendo en ocasiones tener lugar cualquiera de esos efectos ¡varias semanas
después de iniciado el tratamiento e, incluso, tras su retirada!
Hasta tal punto los efectos secundarios de los antidepresivos son importantes que hoy las autoridades canadienses advierten a quienes los consumen -a cualquier edad- que pueden experimentar
cambios conductuales y/o emocionales que les lleven a ponerse en riesgo a sí mismos o a terceros.
¿Que muchos médicos creen que “funcionan”? Depende de lo que se entienda
por funcionar. Desde luego no es algo que pueda discutirse sin analizar los antecedentes de cada caso y el tipo de soluciones terapéuticas buscadas con anterioridad a los
fármacos.
¿Que son “escasos” los casos de reacciones violentas? Eso sí es discutible.
No está nada claro, principalmente porque a estas alturas los laboratorios han ocultado tanta información que es difícil creer que cuentan todo lo que saben y revelan los datos que pueden
perjudicar a sus productos.
Por otra parte, con un sólo caso grave que provoque -¿le tocará a usted o a
alguien querido quizás?- la tragedia que deja algo así detrás debería hacernos reflexionar sobre el tipo de medicamentos que los organismos reguladores están aprobando y el riesgo que asumimos.
Nadie, desde luego, sabe ni cómo, ni cuándo, ni por qué el gatillo puede saltar. Y nadie sabe tampoco, por tanto, la manera de evitarlo.
Antidepresivos Los más utilizados en la actualidad son los inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina (ISRS). Incluyen la fluoxetina -el conocido Prozac- la sertralina, el citalopram, la fluvoxamina y el escitalopram. Los antidepresivos también incluyen una clase de drogas conocidas
como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina/norepinefrina (ISRSN) como la venlafaxina, la duloxetina y el milnacipran.
¿Y son seguros?, se preguntará el
lector. Pues le diré que Joseph Wesbecker disparó y mató en 1989 a ocho personas e hirió a otras doce antes de suicidarse en su lugar de trabajo en Kentucky (EEUU). Y lo hizo después de haber
estado tomando fluoxetina durante las cuatro semanas previas. Hecho que llevó a denunciar a los fabricantes del producto, la multinacional Eli Lilly. El caso se vio en 1994 y aunque el
laboratorio fue declarado “no responsable” durante el proceso se puso a disposición del público un buen número de documentos de diversas compañías farmacéuticas sobre los efectos que pueden
inducir los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
Bien, pues las evidencias reveladas en ese caso y en algunos otros han sido
utilizadas por David Healy y David B. Menkes –psicólogos en la Universidad de Cardiff (Reino Unido)- junto a Andrew Herxheimer –del Centro Cochrane en el Reino Unido- para realizar el primer
estudio conocido sobre antidepresivos, violencia y sus posibles repercusiones legales: Antidepressants and Violence: Problems at the Interface of Medicine and Law (Antidepresivos y violencia:
problemas en la relación entre la Medicina y la Ley). El estudio está publicado en Plos Public Library of Science (www.plos.org) y a él vamos a referirnos en este texto.
ANTIDEPRESIVOS, VIOLENCIA Y LAGUNAS LEGALES
¿De quiénes hablamos? ¿Y qué crédito tienen esos investigadores? Veámoslo. Healy ha sido perito en nueve casos en los que estuvieron involucrados antidepresivos y suicidio o actos violentos y ha
testificado en aproximadamente otros 100 casos en los que ocurrió otro tanto. Además ha sido asesor de gran número de compañías farmacéuticas importantes. Herxheimer, por su parte, ha sido perito
en 12 casos que también involucraron antidepresivos con suicidio o violencia. En cuanto a Menkes fue también perito en otros seis casos en los que estaban presentes antidepresivos y violencia
habiendo igualmente trabajado para la mayoría de las principales compañías farmacéuticas. Y los tres son claros al hablar:
“Hemos repasado –explican en su estudio-los datos de los ensayos
clínicos disponibles sobre paroxetinay sertralina, y los de los estudios de farmacovigilancia sobre paroxetina y fluoxetinaasí como una serie de casos medico-legales que involucran antidepresivos
y situaciones violentas. Y tanto los ensayos clínicos como los datos de farmacovigilancia apuntan posibles relaciones entre esas drogas y los comportamientos violentos. Los casos legales
estudiados revelan una variedad de veredictos. Y muchas jurisdicciones parecen no considerar la posibilidad de que un medicamento de prescripción pueda inducir a la
violencia”.
Sin embargo la gravedad del caso es tal que los tres investigadores agregan
que a su juicio estamos ante un problema internacional que precisa de una respuesta internacional para la que, sorprendentemente, no existe bibliografía científica suficiente a disposición de la
Justicia. Y lo justifican recordando que en Estados Unidos los prospectos de todos los antidepresivos advierten desde agosto del 2004 lo siguiente: “Ansiedad, agitación, ataques de pánico,
insomnio, irritabilidad, hostilidad, agresividad, impulsividad, acatisia (inquietud psicomotora), hipomanía y manía se han informado en adultos y pacientes pediátricos que son tratados con
antidepresivos para los principales desórdenes depresivos así como para otras indicaciones, psiquiátricas y no psiquiátricas”. A pesar de lo cual, denuncian, “son pocos los datos que están
disponibles sobre la relación entre el uso de antidepresivos y los brotes de violencia”.
Pues bien, Healy, Herxheimer y
Menkes analizaron los escasos datos proporcionados por los laboratorios, los que obran en poder de la Agencia Reguladora Británica, los conseguidos en los tribunales y 1.374 correos electrónicos
que fueron enviados a la BBC por telespectadores -principalmente pacientes- tras ver un programa sobre la paroxetina emitido el año 2002. Tras examinar todo lo cual señalan: “Hay evidencias
suficientes para sostener que el tratamiento antidepresivo puede inducir problemas y una prima facie(evidencia que es suficiente para levantar una presunción de hecho) de que la acatisia, la
inestabilidad emocional y la reacción maníaca o reacciones psicóticas podrían llevar a violencia”.
Los autores reconocen que la principal debilidad de su estudio es que sólo
han podido basarse en parte de los datos existentes pero dejan bien claro que ello se ha debido a la nula colaboración de los laboratorios para facilitarles los datos que poseen. “Los datos sobre
agresividad tras ingerir antidepresivos –denuncian- tienen que haberse obtenido necesariamente como parte del programa desarrollado para esos medicamentos pero no son de dominio público”. A pesar
de lo cual consideran que sus datos son de por sí consistentes: “Si los antidepresivos pueden ser en principio disparadores de la violencia siempre existirá la necesidad de establecer si tal
posibilidad admitida como general podría haber estado involucrada en un caso individual”.
La realidad, sin embargo, es que en jurisdicciones diferentes se adoptan
posturas diferentes sobre si un tratamiento con antidepresivos puede invocarse como posible defensa o factor mitigador en los casos de asesinato o violencia.
Lo que en todo caso sí parece claro es que los datos -cada vez más
frecuentes- que relacionan los antidepresivos con la violencia han convertido en insuficiente la figura legal del automatismo, definido como un funcionamiento mental defectuoso de carácter
transitorio, no recurrente y causado por un factor externo, sea físico o psicológico, que produce incapacidad para controlar los actos. Porque, ¿qué pasa cuando se provoca una perturbación que
sin embargo permite mantener comportamientos aparentemente normales durante varias semanas? ¿Y qué pasa en el caso de medicamentos capaces de sofocar las respuestas temerosas normales y las
preocupaciones por las consecuencias?
Es evidente que en una sociedad en la que cada año aumenta el consumo de
antidepresivos se necesitan más datos sobre su posible incidencia en los comportamientos violentos. “Los datos combinados –señalan los investigadores- podrían quizás establecer si los riesgos de
tratamiento se relacionan con la edad y el género, o si aquellos con y sin historias anteriores de agresividad son igualmente afectados. Puede ser que datos más completos mostraran que el riesgo
asociado con ciertos antidepresivos ISRS y tricíclicos puede ser menor en unos que en otros, o que pueden no existir en todos los antidepresivos. No hay ninguna manera de hacer esa determinación
sin el acceso a los datos. Dados los nuevos problemas médico-legales que algunos de estos casos proponen puede venirle bien a los tribunales exigir que esos datos -ahora indisponibles- se hagan
públicos”.
De momento se trata de un estudio único pues no hay ningún otro que relacione los antidepresivos con los hechos más violentos de nuestra realidad cotidiana -aquellos que tienen repercusiones
penales- pero todo apunta que es la punta de un iceberg que parece de enorme trascendencia. No estaría de más por ello que todos los que creen que la medicación es la “solución” para sus
problemas visiten la web www.antidepressantadversereactions.com. Porque en ella, entre otras muchas cosas, puede leerse esto: “Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) no
corrigen desequilibrios bioquímicos. Son drogas que crean desequilibrios severos en el cerebro (...) La idea de que el sufrimiento psicológico tiene razones bioquímicas se debe estrictamente a
una campaña promocional, quizás la más exitosa en la historia del mundo, impulsada por las compañías de medicamentos. No tenemos una tecnología científica capaz de medir lo que pasa dentro del
cerebro... Se trata pues, literalmente, de una invención”.
UN ABISMO SIN FONDO
En el 2003 la Agencia Reguladora Británica lanzó una alerta advirtiendo que la paroxetina no debía utilizarse en menores de 18 años ya que aumenta entre 1’5 y 3’2 veces el riesgo de autolesiones
y, potencialmente, de suicidios. La alerta fue de inmediato secundada por diversos países europeos como Francia, Italia o Irlanda. Pero no la secundó la Agencia Europea del Medicamento -lo haría
más tarde, en abril del 2004- ni, por supuesto, la Agencia Española del Medicamento... que no publicaría su alerta sobre los ISRS ¡hasta finales de junio de ese año! También en el 2004 la agencia
reguladora norteamericana, la FDA, enviaría una carta a todos los laboratorios fabricantes de antidepresivos obligándoles a añadir una advertencia de máxima seguridad –caja negra- sobre el riesgo
de “ideas o comportamientos suicidas” que el uso de antidepresivos puede generar en los consumidores de esos fármacos, sobre todo en niños y adolescentes.
Salvador Peiró, Pedro Cerveray
Enrique Bernal-Delgado -de laFundación Instituto de Investigación en Servicios de Salud de Valencia-publicaron en el 2005 en Gaceta Sanitaria un más que interesante análisis sobre la situación en
nuestro país titulado Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina en la depresión infantil: un “culebrón”que refleja importantes problemas de seguridad de los medicamentos. Y en él
los autores muestran precisamente su extrañeza por el retraso de la Agencia Española del Medicamento en hacerse eco de la alerta británica. “Formalmente, y ya que nunca aprobó la indicación
pediátrica, no tenía por qué informar pero este respeto a la formalidad burocrática olvidaba la seguridad de los miles de niños y adolescentes sujetos a tratamientos con esos
fármacos”.
El trabajo de los investigadores españoles ofrece un marco de referencia
sobre el uso de estos productos en nuestro país. “Aunque estas cifras –señalan- deben valorarse con mucha precaución ya que la realidad es que no se dispone de datos del consumo de ISRS por niños
(parte de las recetas podrían haber sido extendidas para adultos durante la atención continuada y parte de las recetas a niños –sobre todo los mayores de 14 años– pueden haber sido extendidas por
médicos generales y, por tanto, no contabilizadas) su extrapolación al conjunto del Sistema Nacional de Salud (también con todas las precauciones) implicaría que unos 10.000 niños en España
estaban siendo tratados con esos fármacos a finales de 2003, cifra que sería muy similar a la señalada para el Reino Unido, aunque muy por debajo de las estimaciones de millones de niños y
adolescentes tratados en Estados Unidos”.
Finalmente se lamentan también del silencio que envuelve el debate en torno
al tratamiento con ISRS en niños en nuestro país: “En realidad, en España las polémicas sobre los ISRS parecen haber pasado de puntillas por la prensa general, la especializada, las revistas
científicas y las administraciones sanitarias. De hecho, y salvo algún comentario de agencia en la prensa general o periódicos sanitarios, no hemos identificado ningún debate sobre el tema en el
período desde la publicación de la alerta británica hasta la publicación de la alerta española (salvo una nota en la prensa especializada en la que algunos psiquiatras comentaban la polémica
desde posiciones favorables al uso de ISRS en la depresión infantil). Tampoco hemos podido detectar ninguna información a los médicos durante este período por parte de los fabricantes de ISRS
(pese a que sí ofrecieron esta información en el Reino Unido, Canadá y Estados Unidos), ni de los Departamentos de Sanidad de los gobiernos autónomos”
Así las cosas, teniendo en cuenta que la Agencia Europea del Medicamento ha
cambiado su criterio anterior y ha emitido un informe favorable al uso de la fluoexetina (Prozac) para el tratamiento de niños de 8 a 12 años con depresión de moderada a severa, es evidente que
pronto uno de los fármacos más vendidos en el mundo estará en nuestro país a disposición de médicos y psiquiatras. No estará de más por ello recordar lo que dice en estos momentos la ficha
técnica de la fluoexetina sobre su uso en niños y adolescentes menores de 18 años: “Fluoxetina no deberá utilizarse en el tratamiento de niños y adolescentes menores de 18
años.
Los comportamientos suicidas (intentos de suicidio e ideas de suicidio) y la hostilidad
(predominantemente agresión, comportamiento de confrontación e irritación) fueron constatadas con más frecuencia en ensayos clínicos con niños y adolescentes tratados con antidepresivos frente a
aquellos tratados con placebo. Si se adoptase no obstante la decisión, sobre la base de las pruebas médicas, de efectuar el tratamiento, deberá supervisarse cuidadosamente en el paciente la
aparición de síntomas de suicidio. Además carecemos de datos sobre la seguridad a largo plazo en niños y adolescentes por lo que se refiere al crecimiento, la madurez y el desarrollo cognitivo y
conductual”.
En suma, como quiera que el Prozac va a aterrizar antes o después en
nuestro país desde esta revista advertimos que creer que los problemas de comportamiento de un niño o de un adolescente pueden solucionarse con antidepresivos es como asomarse confiadamente y sin
sujeción a un abismo sin fondo.
Gwen Olsen
Gwen Olsen trabajó quince años en los equipos de ventas
de grandes laboratorios como Johnson & Jonson, Bristol Meyers Squibb y Abbot. Bueno, pues decidió abandonar su trabajo y su carrera el año 2000... cuando sus jefes le pidieron que
comercializara un nuevo antidepresivo. Ahora trabaja para una empresa de productos naturales. Y acaba de publicar Confessions of an Rx Drug Pusher: God’s Call to Living Arms, obra en la que,
entre otras cosas, denuncia el mercantilismo existente en torno a los antidepresivos y sus graves efectos secundarios. Algo que, por desgracia, conoce de primera mano. No ya porque sepa
perfectamente lo que hay detrás de su comercialización –que también- sino porque una sobrina suya se suicidó después de haber tomado antidepresivos. Le fue prescrita la medicación tras un
accidente de automóvil y cuando trató de dejarla cayó en una profunda depresión. “Se quemó viva –explicaba Olsen en una entrevista a Kathy Rumlesky en Free Press Reporter-. Se había vuelto adicta
y cuando intentó dejarlo cayó en una depresión. Su médico la prescribió otro antidepresivo y eso la llevó a una espiral descendente, hacia el suicidio”. Es más, la propia Gwen Olsen fue tratada
con antidepresivos en 1992. “Me volví una psicópata maníaca”, reconocería. Añadiendo: “Aproximadamente el 25% de la población que los toma tendrá reacciones adversas serias”.
Aunque quizás lo más impactante de su testimonio sea su referencia a los niños porque, según asevera, son más vulnerables a los efectos secundarios debido a que sus órganos están
aún desarrollándose: “Reaccionan tres veces más a estas drogas que un adulto”, denuncia. Durante la entrevista Olsen deja además para la reflexión una idea especialmente significativa por
proceder de alguien vinculado durante mucho tiempo a la industria farmacéutica: “Hay importantes incentivos económicos para sobreprescribir estas drogas”. A lo que añade: “Son un mecanismo de
control social”. Como colofón asegura que una vez que alguien empieza a consumir psicofármacos nunca podrá dejarlos: “Será cliente de la industria farmacéutica toda la vida –afirma-. Los
medicamentos alteran la patología química del cerebro para que no pueda dejarlas. Son sumamente adictivas”.
¿PRESCRIPCIÓN: SUICIDIO?
Al igual que hiciera el cineasta Michael Moore con documentales como Bowling for Columbine o Fahrenheit 9/11, otro cineasta, Robert Manciero -premiado con cinco Emmys de la Academia de las Artes,
las Ciencias y la Televisión, dos de ellos este año- ha decidido desvelar al público norteamericano -el mayor consumidor de antidepresivos del mundo- la realidad del suicidio infantil relacionado
con ellos. El resultado de su trabajo ha sido un documental titulado ¿Prescription: Suicide? que ya ha sido premiado con el Spirit of Independents en el Ft Lauderdale International Film Festival.
Documental en el que se acerca a las experiencias de seis niños de entre 9 y 16 años que tras consumir antidepresivos intentaron suicidarse; algunos de los cuales, lamentablemente, lo
consiguieron.
Para ello Manciero y su
coproductor, Rich Samuels, hablaron con más de 60 familias antes de decidir las seis sobre las que centrar el documental. La película empezó a rodarse en marzo de 2005 y se completaría en
octubre. “Habrá merecido la pena rodarla –declararía la esposa de Manciero- aunque apenas salve la vida de un solo niño. Por otra parte, todo padre debería verla porque es muy importante que
aprendan a escuchar a sus hijos, a prestar atención a lo que les tienen que decir”.
Los pormenores de la película y la forma de acceder a ella así como algunos
de los testimonios más impactantes sobre la misma pueden consultarse en www.prescriptionsuicide.com. Lo que a continuación transcribimos no son sino unos leves reflejos de la tragedia en la que
se vieron envueltas unas familias a las que unos médicos convencieron de que lo mejor era “medicar” a sus hijos:
Familia Karambelas: “Poco podíamos pensar que nuestro mundo entero se volvería del revés”. “Vivimos como rehenes de las medicaciones. No podíamos funcionar como una familia, no podíamos estar ni
con los amigos, ni con la familia, como antes hacíamos”. “Nuestros hijos han sido utilizados como conejillos de indias. Como padres debemos ahora enfrentarnos a las compañías y no permitir que
esto siga ocurriendo”. Dennis Karambelas y Marion Goff.
Familia Burk: “Supe que Ray y sus amigos habían experimentado con antidepresivos así que empecé a leer en Internet cualquier información que pudiera encontrar. Y cuanto más leía, más odiaba a las
compañías de medicamentos. Me enfadé con los amigos de Ray por darle los medicamentos. Me enfadé con Ray por tomarlos. Y me enfadé con Dios por permitir que algo así pasara”. “Hay tantas personas
a las que se han prescrito antidepresivos que no es difícil para un adolescente recibirlos del botiquín de alguien”. Ray Burk.
Familia Dowing: “Las niñas de 12 años, sencillamente no se matan”. “Cuando hay algo malo con un niño y se vuelve un problema no tiene que ser tratado con estas drogas que están prescribiéndose
para estos casos fuera de prospecto. No se conoce bastante sobre ellas como para arriesgar la vida de los niños”. “Candace no se mereció esto. Nosotros no nos merecimos esto”. Andrew y Mathy
Dowing.
Familia Atwood: “El impacto en la familia fue de mucho miedo y preocupación. Sentíamos como si con Jason nos mantuviéramos sobre cáscaras de huevo. Constantemente estábamos supervisando cada uno
de sus movimientos y acciones”. Karen Atwood.
Familia McIntsoh: “Tras lo ocurrido nuestras vidas fueron puestas del revés. Nuestra familia se convirtió de repente en una familia muy diferente. Todo cambió para siempre. No sólo las relaciones
entre nosotros sino también la manera de contemplarnos nosotros mismos”. Glenn McIntosh.
Familia Brooks: “Ningún padre debería tener que pasar por lo que nosotros pasamos. Hasta que uno no lo vive es difícil entender la tragedia por la que un padre puede llegar a pasar”. “Fui hasta
el baño y había sangre por todas partes. No fue un accidente”. “Deben pagar por esto. Ellos dieron estas medicinas a los niños. Es un asesinato.” Cheryl Brooks.
TOME CONCIENCIA
Más allá de las estadísticas oficiales, de las comparativas entre los ISRS y los placebos, y de los datos que se ocultan... la realidad es que detrás de cada niño que puede ser conducido al borde
del suicidio hay un nombre y una familia. Y uno debe preguntarse con responsabilidad: ¿le pasará al nuestro? Ningún psiquiatra le asegurará que no.
El mencionado documental no deja
indiferente a nadie. “Como abogado que se ocupa de muchos casos de niños víctimas de los ISRS -escribeHaris L.Pogust, de la firma Cuneo, Pogust & Mason, LLP- doy las gracias a las familias
que tomaron parte en la elaboración de ¿Prescripción: Suicidio? Es indispensable hacer llegar esos testimonios a todos aquellos padres que estén pensando en medicar a sus niños con tales fármacos
así como a los padres que ya lo han hecho. La película es un retrato sumamente bien hecho de las historias que nosotros oímos a diario. Ha hecho un tremendo servicio a miles de niños y a sus
familias que pueden ahorrarse la agonía de tratar con el suicidio o el intento de suicidio como resultado de tomar esas drogas”.
“La fuerza de los padres y hermanos de los niños que se suicidaron
–cuentaJoy Hancock, autor del libro Prescription for Mandes- brilla a través de los momentos más oscuros de la película y el espectador no puede ayudar pero siente admiración mezclada con
increíble simpatía por las familias cuando discuten con claridad la pérdida de su ser amado. Los productores Rob Manciero y Rich Samuels ahondaron eficazmente en la pesadilla de cada niño. Los
videos domésticos esparcidos a lo largo de la exhibición cinematográfica con los momentos diferentes de sus vidas -en Navidad, los deportes en equipo, las vacaciones - intensifican la honda
emoción que subyace en la película. Al final me sentí agotado, agradecido de que la película hubiera terminado. Sin embargo una parte de mí quería ver más de los niños, sus rostros sonrientes, la
precocidad y su sencilla inocencia antes de que la oscuridad descendiera sobre ellos. Es un deber para todos ver el documental. Los negativos efectos de estos medicamentos -a veces mortales- en
niños y adolescentes, tan audazmente presentados, ya no pueden ignorarse. ComoCaroline Downing declara de forma tan sencilla y clara al principio de la película: ‘La historia debe contarse!’
Bravo, Sr. Manciero, por tener el valor de haberlo hecho”.
Tan desagradable es la verdad que se nos oculta. Un drama que se clava en
el alma y pretende silenciarse. No obstante habrá sin duda alguien que a pesar de todo intente convencernos de la utilidad de los antidepresivos, alegará la favorable relación riesgo-beneficio de
los mismos, su “seguridad” a las dosis prescritas y que si están autorizados será por algo... Nosotros nos limitamos a decirle que recuerde lo que aquí ha leído. Y que tenga presente las palabras
de Lou Marinoff, autor de Más Platón y menos Prozac: ”La idea de que todos los problemas personales son enfermedades mentales constituye una enfermedad mental en sí misma. Su principal causa es
la irreflexión y la mejor cura la lucidez”.
Antonio Muro.
BEBÉS QUE NACEN ADICTOS A LOS
FÁRMACOS por Miguel Jara
Un reciente estudio de la revista Journal of the American Medical Association, asegura que el numero de bebés nacidos con adicción a los fármacos de uso común, como
los analgésicos que algunas madres toman durante el embarazo, se ha triplicado entre el año 2000 y 2009. De cada mil niños nacidos el año pasado en Estados Unidos, más de tres llegaron al mundo
adictos a este tipo de medicamentos.
El senador demócrata por el estado de Nueva York Charles Schumer piensa que el problema se ha convertido en una crisis nacional para los recién nacidos y
recientemente hizo un llamamiento a la FDA, la agencia de medicamentos estadounidense para que cambie las etiquetas de los medicamentos recetados para advertir claramente a las mujeres
embarazadas los peligros de estos fármacos, que pueden condicionar la salud de sus hijos. Los bebés que sufren el denominado síndrome de abstinencia neonatal tienden a ser mas irritables, a tener
un tono muscular más elevado (hipertonía), temblores, intolerancia a los alimentos, convulsiones y dificultades para respirar.
También son más propensos a nacer prematuros, con defectos congénitos y a desarrollar deficiencias de aprendizaje a largo plazo. Aunque otras medicamentos pueden conducir al síndrome de
abstinencia neonatal, el estudio señaló a los analgésicos como la vicodina y la oxicodona, los cuales se han convertido en unos de los medicamentos de los que más se abusa en Estados
Unidos.
Los bebés adictos a los fármacos normalmente tienen que ser sometidos a tratamientos costosos para librarse de la
adicción.
PSICOLOGIA CLINICIA: LUCRO Y PSEUDOCIENCIA
Vean esta breve exposición en la que se explica una de las ramificaciones de la mafia farmacomédica actual llamada psicología
clínica la cual saca partido de las vicisitudes normales que ocurren en la vida de un ser humano para hacer negocio a costa de ello.
Por favor, vean este vídeo y piensen fríamente acerca de la posibilidad de que estamos envueltos por una mafia legal que ha basado sus cimientos sobre toneladas de psicotrópicos consumidos
masivamente por la población mundial.
Wikipedia: La psicología clínica puede ser confundida con la psiquiatría ya que generalmente tienen metas similares (por ejemplo, el alivio de trastornos mentales), pero
la diferencia principal es que la formación de base de los psicólogos clínicos es la psicología (los procesos mentales y la conducta humana) y la de los psiquiatras es la medicina (el
cuerpo humano), por otra parte, al ser médicos, están legalmente autorizados para prescribirmedicamentos. En la práctica los psicólogos y psiquiatras
trabajan juntos en equipos multidisciplinarios.
"...SI VAMOS A DIFUNDIR NOTICIAS INQUIETANTES,HAGANOSLO CON AMOR.TENIENDO LA CERTEZA ABSOLUTA DE
QUE LA LUZ,MUY PRONTO BRILLARA ENTRE LAS TINIEBLAS. BORRANDO PARA SIEMPRE LA IGNORANCIA A LA QUE NOS TIENEN SOMETIDOS...."
Escribir comentario