Lo que no nos cuentan de las vacunas...

Estamos muy, muy desinformados:

Glosario:
1) Las vacunas impiden la inmunidad natural.
2) La vacunación no puso fin a las epidemias. 3) Evidencias del daño de las vacunas. 4) El mercurio en las vacunas. 5) Autismo por vacunación. 6) Terribles efectos secundarios al poner la vacuna de la hepatitis B al nacer. 7) Vacuna Cáncer de Cérvix

Debido a que la falta de información en torno a la vacunación es tan predominante, muchos padres nunca se cuestionan si deberían o no vacunar a su hijo, pasando por alto una de las decisiones más importantes que un padre puede tomar sobre la salud de su hijo. Como la medicina convencional dice que la vacunación es segura, la mayoría de los padres simplemente aceptan la vacunación, completamente inconscientes de los peligros potenciales e incapaces de reconocer una reacción seria cuando ésta ocurre. Y además como los departamentos de salud del gobierno y el sistema escolar dan la impresión de que la vacunación es una obligación para todos los niños, la mayoría de los padres creen que se les requiere legalmente vacunar a sus hijos. Pero el hecho es que somos libres de rechazar toda la vacunación, o adoptar un plan parcial de vacunación, una decisión muy importante para la salud y el bienestar de su hijo.

NOS QUIEREN OBLIGAR, OTRA VEZ, A VACUNARNOS...

Una vez más, 5 de septiembre 2010, el gobierno quiere forzar a todos a tomar sus vacunas llenas de mercurio, especialmente niños. Alex Jones explica el fraude de la gripe porcina, probado el año pasado, y nuevos avances que están presentándose en esta temporada de enfermedades. También expone el plan Rockefeller para disminuir a la población global esterilizando a la gente con vacunas.

Alex Jones: El encubrimiento de muertes por vacunas estalla mundialmente...

Desinformación

Debido a que las vacunas son usadas predominantemente en nuestros inocentes hijos, la mayoría de la gente asume que todas las vacunas han sido sometidas a pruebas y rigurosos estudios probando que las vacunas son seguras y efectivas. A los padres se les ha dicho muchas veces que las campañas de vacunación en masa terminaron con múltiples epidemias en el mundo, que las vacunas son efectivas previniendo las enfermedades a las que son dirigidas, que los efectos secundarios son raros y generalmente consisten en brazos doloridos o fiebres leves que se pasan rápidamente.

Sin embargo, los padres que se toman el tiempo de indagar en la materia y retirar ese velo de desinformación se encuentran con que estas afirmaciones carecen de un respaldo científico sólido. No sólo nunca ha habido un único estudio a largo plazo comparando la salud y el bienestar de los niños vacunados y los no vacunados, sino que pueden encontrarse fácilmente múltiples ejemplos de niños vacunados adquiriendo las misma enfermedad contra la cual habían sido vacunados. Es más, hay una evidencia abrumadora de que las vacunas pueden ser extremadamente dañinas, pueden discapacitar permanentemente e incluso matar a nuestros niños. Y el sistema actual de registrar y notificar las reacciones adversas al Sistema Español de Farmacovigilancia (SEFV) es ejecutado descuidada y pobremente, y es voluntario no obligatorio, incluso cuando un niño ha sido discapacitado permanentemente o matado por una vacuna.


Las vacunas impiden la inmunidad natural

Cuando un niño es infectado por una enfermedad transmisible, su sistema inmunitario responde a través de una sofisticada red de reacciones entrelazadas que pueden producir inmunidad de por vida a enfermedades infantiles naturalmente adquiridas. Estas milagrosas defensas existen, en parte, para evitar que los microbios y virus invasores se apoderen de los sistemas y órganos del cuerpo.

Pero las vacunas, que contienen virus vivos y muertos, bacterias muertas, ADN modificado genéticamente y conservantes químicos, son inyectadas directamente en el flujo sanguíneo, traspasando la respuesta inmunitaria natural. Esto priva al organismo de la habilidad de desarrollar naturalmente una inmunidad de por vida en toda su complejidad multifacética a enfermedades infantiles normales como el sarampión, las paperas y la varicela. La vacunación en masa es un intento del hombre de quitar la respuesta natural del desarrollo humano y reemplazarla con una serie de infecciones y respuestas inmunitarias impuestas artificialmente y determinadas por el plan de vacunación del médico.

 

Demasiadas inyecciones

Hace treinta años, los niños recibían un total de cuatro vacunas, pero hoy, un niño totalmente vacunado recibe la pasmosa cantidad de 37 a 50 vacunas durante sus tempranos y formativos años de vida, cuando su sistema inmunitario es más vulnerable. Incluso el sistema inmunitario de un adulto sería desafiado por tantas vacunas en un periodo tan corto de tiempo. Mientras que los niños no vacunados nunca desarrollarán cada enfermedad contra la que los niños son vacunados, sus organismos son forzados por los planes de vacunación a responder a todas. Además, la vacuna DPT fuerza una respuesta inmunitaria a la difteria, el tétanos y la pertussis en el mismo día, un evento que nunca ocurriría en la vida real. Es más, no hay virtualmente estudios o investigación científica sobre los efectos de múltiples vacunas virales y bacterianas puestas en combinación o en próxima sucesión, y cómo afectan al cuerpo humano.

 

Evidencia del daño de las vacunas

La profesión médica es extremadamente reacia a reconocer las reacciones adversas de la vacunación, incluso cuando la reacción es instantánea o ocurre dentro de unas pocas horas, e incluso con adultos que pueden verbalizar claramente sus reacciones negativas, lo que los bebés no son capaces de hacer. Y como no hay estudios que hayan seguido la pista a los efectos negativos que ocurren a largo plazo, las reacciones que aparecen días, semanas o años más tarde son casi nunca atribuidas a la vacuna.

Un hecho poco conocido es que no existe ni un solo estudio que pruebe que las vacunas son seguras a largo plazo. «Sería un estudio tan fácil de organizar. Se usan tres grupos de niños: el primero totalmente vacunados, el segundo parcialmente vacunados y el tercero sin vacunar. Luego se les sigue hasta 10 años y así seremos capaces de ver los tipos de problemas que se están manifestando con estas vacunas», dice Barbara Loe Fisher, Presidenta del Centro Nacional de Información sobre Vacunas (Referencias de las notas al final del artículo). Sin embargo, la evidencia del daño de las vacunas no es realmente un secreto: cientos de estudios médicos publicados han documentado tanto fracaso de las vacunas como daños, aun así los pediatras continúan vacunando y la mayoría de los padres ignoran estos estudios.

Un ejemplo muy conocido de una reacción negativa de una vacuna a largo plazo ocurrió con la vacuna de la polio usada a finales de los 50 y a principios de los 60. En esta vacuna se encontró contaminación con un virus de mono, SV40, que había contaminado la vacuna durante su producción. Y aunque el virus fue descubierto en 1960, la vacuna contaminada continuó administrándose a los niños americanos durante tres años más con el total conocimiento de las autoridades sanitarias del gobierno, hasta que fue retirada en 1963. Treinta años más tarde, el SV40 ha sido aislado en cánceres de huesos, cerebro y pulmones de adultos discapacitados y fallecidos. El desastre de la vacuna SV40 prueba una conexión directa entre una vacuna y un cáncer de lento crecimiento que se desarrolló décadas después de la vacuna. Desafortunadamente, las autoridades no hicieron ningún esfuerzo en encontrar y seguir a los adultos receptores de la vacuna, estudiar y catalogar su estado de salud, o notificar su nivel de cáncer, aunque existía una clara oportunidad para estudiar los efectos a largo plazo de una vacuna de una manera muy directa y concisa.

Reacciones negativas retrasadas también han sido confirmadas por el trabajo de la doctora Viera Scheibner, que desarrolló un estudio de control monitor para bebés en un intento de prevenir el Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SMSI). Su monitor hace que suene una alarma si el bebé detiene su respiración o muestra pautas de estrés respirando durante el sueño. Diseñando el monitor, ella no tuvo ninguna intención preconcebida de seguir específicamente reacciones a la vacunación, ya que ella nunca concibió el hecho de que las vacunas fueran de algún modo problemáticas o dañinas.

En el curso del seguimiento de la respiración de los bebés durante la noche, grabó su pauta respiratoria tras la inyección de DPT. Descubrió que la vacuna les causaba a los bebés una cantidad considerable de estrés y que este estrés mostraba una uniformidad notable, con picos los días 2 o 5 inmediatamente después de la vacuna, o reacciones retardadas los días 15 a 16 o 20 a 25 en bebés que se recuperaron y aquellos que posteriormente murieron de SMSI. El monitor de Scheibner probó que la muerte debido a la vacuna algunas veces ocurre semanas después de la inyección, en correlación con las pautas de estrés que identificó. De todos modos, el periodo de tiempo más largo les proporciona a los médicos y a las autoridades sanitarias cualquier excusa para no atribuirlo a la inyección de DPT.

 

Reacciones adversas no denunciadas o registradas

Uno de los grandes peligros de la actual mentalidad pro-vacunas es el hecho de que muy raramente se da parte de las reacciones negativas o éstas son denunciadas, además de que el sistema que se encarga de registrarlas tiene problemas normalmente con ello. Cuando una vacuna se lanza al mercado, la vigilancia post-marketing se supone que sigue la pista a cualquier reacción negativa de los millones de personas que reciben la nueva vacuna. Sin embargo, no sólo es totalmente voluntario el sistema de informar de las reacciones adversas, el 90-99 % de todas ellas nunca son denunciadas, según David Kessler, director de la FDA durante los 90. Y no hay nadie que te pueda asegurar que los informes llevados directamente a las compañías farmacéuticas sean luego enviados a la FDA, el proceso es controlado enteramente por el "sistema del honor".

Un ejemplo muy claro de la pobre documentación adversa ocurrió durante el reciente Programa de Vacunación contra la Varicela de 2003 del Presidente Bush. Antes del programa, a la población se le dijo repetidamente que se esperaban tasas de fallecimiento por la vacuna de uno a dos por millón. De hecho, hubo tres muertes (de las que nosotros sabemos) entre los aproximadamente 36.000 civiles y unos pocos cientos de convencidos seguidores que fueron vacunados. Esto hace que la tasa de fallecimiento sea 80 veces más alta que aquella que el CDC le dijo al público que se esperaría. Reacciones adversas serias como hinchazón del cerebro, inflamación del corazón, ataques al corazón, ulceración incontrolada de la piel, entre otros, aparecían en uno de 583 casos, tasa siete veces más alta que la original estimación del CDC de uno de 4.000. Y todavía las autoridades sanitarias y los medios de comunicación dominantes continúan usando los antiguos e inexactos números en vez de una estimación actualizada del riesgo como deberían.

Incluso peor, estos números fueron probablemente en su mayor parte no notificados, ya que, al igual que con las vacunaciones infantiles, dar parte de las reacciones adversas durante la vacunación contra la varicela no era obligatorio y era también limitado a una franja de enfermedad de 2 a 4 semanas después de la vacuna. ¿Cuál sería la tasa de muerte y daño de la vacuna durante los siguientes pocos meses o años? Todos estos importantes riesgos deberían haber sido estudiados y seguidos para una evaluación honesta del verdadero riesgo de la vacuna, pero los investigadores perdieron esta oportunidad tan valiosa debido al típico sistema incompleto y vergonzoso de registrar las reacciones que refleja la pobre ciencia que hay detrás del desarrollo de las vacunas.

 

La vacuna de la Hepatitis B al nacimiento

Echemos una mirada ahora a la vacuna de la Hepatitis B como una manera de examinar los problemas en el desarrollo y la introducción de cualquier nueva vacuna.

La hepatitis B es primariamente una enfermedad adulta transmitida a través de la sangre y los fluidos corporales. Las poblaciones de alto riesgo son: drogadictos, heterosexuales y homosexuales con muchas parejas sexuales, trabajadores de la salud expuestos a sangre, y bebés nacidos de madres infectadas. En 1996, 270 niños de menos de 14 años fueron infectados con la hepatitis B, con sólo 54 casos en el grupo de edad de 0-1 año.

A pesar del bajo riesgo de los niños en general, y a pesar de la facilidad de identificar a los niños en riesgo sólo haciendo pruebas específicas a las madres antes del nacimiento, el CDC añadió la vacuna contra la hepatitis B al plan recomendado de vacunación en 1991, con la primera de las tres dosis para ser administrada el primer día de nacimiento antes de abandonar el hospital. En 1986, Merck & Co. empezaron a vender la primera vacuna contra la hepatitis B genéticamente modificada. Un flagrante ejemplo de la pobre ciencia detrás del desarrollo de las vacunas, la FDA aprobó la vacuna para su uso sólo después de que 1.636 dosis de Recombivax HB fueran administradas a sólo 653 niños que fueron posteriormente monitorizados durante sólo 5 días después de cada dosis. Como la vacuna es recomendada para el primer día de vida, a Merck se le pidieron datos de seguridad en recién nacidos. Ellos respondieron, "No tenemos ninguno. Nuestros estudios se hicieron en niños de 5 y 10 años." Pero fueron más lejos, Merck admitió en 1996 que no había datos "disponibles de la administración simultánea de Recombivax HB con otras vacunas" incluso aunque a los niños se les administran rutinariamente otras vacunas junto con la vacuna Recombivax HB.

Desde la introducción de esta vacuna, ha habido cientos de informes en la literatura médica (la mayoría publicados en revistas médicas internacionales fuera de Estados Unidos) citando enfermedades del sistema nervioso central, esclerosis múltiple, síndrome de Guillain-Barre, artritis, graves erupciones cutáneas, fiebre, fatiga crónica y Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SMSI) como un resultado directo de la vacuna. Los padres han rellenado decenas de miles de informes de reacciones adversas, incluyendo visitas a urgencias, hospitalización y muertes. Un estudio en Nueva Zelanda informaba sobre un aumento del 60 % en la diabetes juvenil tras una masiva campaña para vacunar a bebés de 1988 a 1991 con la vacuna de la Hepatitis B.Incluso la misma compañía Merck admite la existencia de quejas sistémicas de fiebre, dolor en las articulaciones, fatiga y debilidad en hasta el 17 % de todas las inyecciones de hepatitis B. Y quizás lo más contundente de todo esto, más del 50 % de los médicos encuestados en el Reino Unido rechazaron ponerse la vacuna hepatitis B ellos mismos, citando los conocidos peligros de la vacuna, y eso siendo ellos profesionales médicos que trabajan en hospitales y que pertenecen por tanto a un grupo de alto riesgo expuesto a sangre y a agujas a diario en su trabajo.

Pero lo más inquietante es la pregunta fundamental de por qué esta vacuna fue recomendada para bebés en primer lugar. En 1996, había 1.080 informes de reacciones adversas entre bebés de 0 a 1 año por la vacuna, incluyendo 47 muertes. Si sólo el 10 % de las verdaderas muertes y daños están siendo denunciados -una estimación muy optimista- esto significa que realmente hubo 10.800 reacciones adversas y 470 muertes por la vacuna. Sin embargo, en ese mismo año, sólo hubo 54 casos infectados con la enfermedad en el grupo de 0 a 1 año. Esta aterradora ecuación revela que por cada niño que adquiere la hepatitis B, la vacuna mata a 9 bebés y daña a 200.

¿Por qué someter a decenas de millones de bebés a los conocidos peligros de esta vacuna cuando los pocos bebés que realmente están en riesgo de padecer la enfermedad pueden ser identificados simplemente haciendo un screening a la madre?

Y finalmente, incluso si los padres optan por incluir esta vacuna en el plan de vacunación de su hijo, ¿por qué se administra ésta en el día del nacimiento? Los padres necesitan tiempo para conocer a su hijo primero, para que así puedan comparar el estado de salud del bebé antes y después de la vacunación, de forma que cualquier daño pueda ser notado, seguido y tratado. Además de los problemas con las vacunas de ingeniería genética, muchas vacunas, en especial la MMR, la de la varicela y las de la polio de Sabin, inyectan virus vivos dentro del cuerpo. Varios estabilizadores y conservantes se añaden incluyendo formaldehído, plomo, aluminio y MSG (monoglutamato sódico). Cantidades desconocidas de ARN (ácido ribonucleico) y ADN de cultivo de tejido animal y humano han sido encontradas también. Y aunque grupos de padres preocupados han luchado por la eliminación del conservante hecho con mercurio, el thimerosal, de las vacunas, la industria farmacéutica todavía usa mercurio en las vacunas de la gripe, una nueva adición al plan de vacunación recomendado para niños que empieza a los 6 meses. Adicionalmente, la industria médica continúa usando montones de vacunas conteniendo thimerosal hasta que las existencias se agoten, en vez de sacarlas del mercado inmediatamente, como deberían.

 

El mercurio en las vacunas y el autismo

La conexión mercurio-autismo ha salido a la luz pública con la publicación de "Inmunidad Mortal" (Deadly Immunity), de Robert F. Kennedy, Jr. en el número de julio de la revista Rolling Stone, simultáneamente con la publicación en la revista Salon. Kennedy describe una reunión en el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) que tuvo lugar en junio del 2000 en la cual el epidemiólogo Tom Verstraeten presentó evidencia ante la industria y los oficiales del gobierno que el thimerosal, el conservante basado en mercurio presente en las vacunas, era responsable de la epidemia de autismo en los niños americanos. En lugar de tomar medidas inmediatas para alertar al público y deshacerse del suministro de thimerosal de las vacunas, los presentes pasaron el resto del encuentro discutiendo las formas de esconder los preocupantes datos.

Posteriormente, poderosos amigos en el Congreso han tratado de proteger a los fabricantes de vacunas con legislación que les escudará de más de 4.000 demandas pendientes. El Senador Bill Frist, que ha recibido 837.000 dólares en contribuciones de la industria farmacéutica, deslizó silenciosamente una cláusula adicional en el proyecto de ley de seguridad interior, llamada "Eli Lilly Protection Act". Esta medida fue revocada por el Congreso en 2003 pero a principios de este año, Frist coló otra disposición en un proyecto de ley anti-terrorista que negaría las compensaciones económicas a los niños que sufren de trastornos cerebrales relacionados con las vacunas. "Las demandas son de tal magnitud que podrían echar a la calle a los fabricantes de las vacunas y limitar nuestra capacidad de enfrentarnos a un ataque biológico de los terroristas", declaró Andy Olsen, un asistente legislativo de Frist.

Más de 500.000 niños sufren de autismo, con 40.000 nuevos casos diagnosticados cada año. La enfermedad era desconocida hasta 1943, cuando fue identificada y diagnosticada entre once niños nacidos después de que el thimerosal fuera añadido por primera vez a las vacunas de los bebés en 1931.

El CDC responde a la ira de los padres y a la publicidad negativa citando estudios que reivindican el thimerosal, estudios que los oponentes afirman están falsificados y son altamente sospechosos. "No podrías construir un solo estudio que muestre que el thimerosal es inocuo", dice el Dr. Boyd Haley, una de las autoridades mundiales en toxicidad del mercurio y jefe del departamento de química de la Universidad de Kentucky. "Es simplemente demasiado tóxico. Si inyectas thimerosal en un animal, su cerebro enfermará. Si lo aplicas a tejido vivo, las células mueren. Si lo pones en una placa de petri, el cultivo muere. Sabiendo estas cosas, sería increíble que uno lo pudiera inyectar en un bebé sin causar daños".

Documentos internos revelan que Eli Lilly, que fue la primera compañía farmacéutica que desarrolló el thimerosal, sabía desde el principio que su producto podía causar daños. Pero los atractivos beneficios valían más que la preocupación de la compañía por los ciudadanos. El thimerosal le permite a la industria farmacéutica envasar las vacunas en viales que contienen múltiples dosis. Los viales más grandes cuestan la mitad de producir que los más pequeños, de una sola dosis, y por tanto hacen que los programas de vacunación en masa sean más rentables.

La introducción del thimerosal en las vacunas coincidió con un aumento del número de vacunas que recibían los niños. Los bebés que reciben todas sus vacunas, más los refuerzos, para la edad de 6 meses están expuestos a niveles de etilmercurio, inyectados directamente en la corriente sanguínea, 187 veces mayores que el límite de la EPA (Agencia para la Protección del Medio Ambiente de EE.UU) de exposición diaria al metilmercurio, una neurotoxina similar a la anterior.
Kennedy describe un escándalo creciente que tiene el potencial de acabar con la industria farmacéutica. Para leer este artículo, ir a: www.rollingstone.com/politics/story/_/id/7395411.

 

Familias «compensadas» por la pérdida de su hijo

Debido al aumento dramático del número de daños causados por las vacunas infantiles durante las pasadas décadas, el Congreso promulgó el National Childhood Vaccine Injury Act en 1986, poniendo en marcha un fondo para compensar a los padres por el daño o la muerte causada a sus hijos (como si unos padres pudieran ser alguna vez «compensados» por la pérdida de su hijo debido a la vacunación...). Los padres tienen que hacer una solicitud a este fondo como primer paso cuando su hijo haya sido dañado; así, el fondo sirve para proteger a la compañía farmacéutica de toda responsabilidad inicial. Hasta la fecha, el fondo ha pagado más de 1,2 billones de dólares a padres con más de 12.000 informes hechos cada año. Esto es un número asombroso considerando cuántas reacciones ocurren que las autoridades médicas no quieren atribuir a la vacuna. Y si David Kessler está en lo correcto y el 90-99 % de todos los daños nunca son reportados, el verdadero número de niños dañados o matados por las vacunas sería de 1,2 millones o más por año.

Las excelentes organizaciones que trabajan informando a los doctores y a los padres de los riesgos de las vacunas describen las angustiosas llamadas de teléfono que ellos reciben, que relatan la devastación, culpa, confusión y sufrimiento que siguen. Los padres describen a bebés que unas horas o unos días después de su vacunación, tienen fiebre, se vuelven inquietos o apáticos, caen en sueños profundos intercalados por gritos desgarradores, arquean sus espaldas de forma extraña mientras lloran, caen en comas o ataques repetitivos, se sacuden o están con la mirada perdida en blanco. O los padres describen un empeoramiento general en la salud con constantes infecciones de oído, repentinas sensibilidades a alimentos o alergias, problemas de sueño, asma, erupciones cutáneas, y ausencia de avances en el desarrollo reemplazados por torpeza de movimientos.

Muchos padres y médicos creen que el espectacular aumento de enfermedades crónicas infantiles es una reacción a las docenas de vacunas que son ahora parte del plan de vacunación estándar. Hace cincuenta años, el autismo afectaba a menos de 1 de cada 10.000 familias, pero ahora 1 de cada 68 familias tienen un niño autista. La tasa de niños escolares con autismo ha aumentado un 1.700 % nacionalmente de 1992 a 2002, creando un gran agotamiento de recursos en las familias, las escuelas y los servicios sociales que nunca podrá ser remediado si la verdadera causa es la vacunación como muchos sospechan, y la solución nunca es vislumbrada. El asma, la diabetes, el déficit de atención infantil y la obesidad también han aumentado de forma alarmante entre los niños. Habiendo demostrado el desastre de la polio SV40 lo que puede pasar, «podríamos estar intercambiando paperas y sarampión durante la infancia, por cáncer y leucemia en adultos», dice Barbara Loe Fisher.

 

¿Funcionan realmente las vacunas?

Incluso si los padres experimentan por sí mismos los riesgos de las vacunas, sus médicos les aseguran que el riesgo vale la pena por el casi seguro beneficio de estar libre de una enfermedad infecciosa que el niño puede coger. Sin embargo, en múltiples casos, las vacunas simplemente no han funcionado contra la enfermedad que son destinadas a prevenir. Una encuesta de 1978 en 30 estados mostró que más de la mitad de todos los niños que contrajeron sarampión habían sido completamente vacunados. Suecia abandonó su vacunación de la tos ferina después de examinar 5.140 casos de esta enfermedad en 1978 y encontrar que el 84 % habían sido vacunados tres veces. Un artículo de 1990 de la revista de la American Medicine Association afirmaba que «Aunque más del 95 % de los niños en edad escolar en los Estados Unidos son vacunados de sarampión, grandes estallidos de la enfermedad continúan ocurriendo en las escuelas y en la mayoría de los casos. . . ocurren entre niños previamente vacunados». La literatura médica está repleta de ejemplos del fracaso de la vacunación en su tarea de proteger contra enfermedades comunes infantiles.

Pero en vez de aceptar la premisa de que el sistema completo de vacunación es fundamentalmente un engaño, la industria médica llama a cada vez más vacunaciones y revacunaciones, sin ningún estudio sólido y a largo plazo para ver si la inmunidad es realmente alcanzada y, si es así, por cuánto tiempo.

 

La vacunación no fue lo que puso fin a las epidemias

A todos se nos ha enseñado que la vacunación terminó con las mayores y más mortales epidemias mundiales. Sin embargo, una honesta y cuidadosa revisión de las fuentes históricas médicas originales, de las publicaciones y de las estadísticas de los pasados doscientos años, nos muestra que las enfermedades infecciosas descendieron un 90 % antes de que la vacunación en masa fuera introducida.

Los expertos atribuyen el cese de las epidemias no a la vacunación masiva, sino a un gran movimiento de reforma sanitaria que barrió Europa a partir del año 1800. Estas reformas incluyeron la retirada de la basura y los deshechos humanos de las calles a través de sistemas de fontanería; la limpieza regular de los establos y las calles de excrementos de caballo y desperdicios humanos; la mejora de las carreteras de forma que las carnes, los vegetales y la leche cruda pudieran ser distribuidos a las ciudades cuando se encontraban frescos; y la modernización de los sistemas de distribución de agua para prevenir la contaminación bacteriana

Todas las antiguas epidemias del terror, la peste negra y el cólera, respondieron a estas reformas, y las epidemias descendieron durante los años 1800, mucho antes de la llegada de la vacunación. Incluso el CDC informó en 1999 que las enfermedades infecciosas descendieron en el siglo pasado debido a mejoras en la sanidad, el agua y la higiene. La vacunación contra la tos ferina, la difteria, el sarampión y la polio tuvieron lugar todas justo al final del ciclo de vida de cada epidemia, exponiendo así la falacia de la afirmación de que la vacunación acabó con las epidemias

La única excepción a este descenso es la varicela, que, contrariamente a todo lo que se nos ha enseñado, aumentó con la venida de una vacunación obligatoria y descendió sólo después de un levantamiento organizado de padres y médicos forzando a los gobiernos europeos a suprimir sus programas obligatorios de vacunación contra esta enfermedad. Aunque la Organización Mundial de la Salud se atribuye el mérito de la erradicación de la varicela mundialmente gracias a la vacunación, el hecho es que la varicela descendió en todos los países estuviera o no la población vacunada. Como dijo el doctor Glen Dittman en 1986, «Es patético y ridículo decir que hemos vencido a la varicela con las vacunas, cuando sólo el 10 % de la población fue vacunada ».

LAS VACUNAS MATAN (O TE DEJAN TONTO)

Las vacunas producen autismo en los niños...

El texto que les presento a continuación es el último apartado del reportaje sobre el conservante de mercurio que llevan las vacunas contra la gripe A que estos días se están administrando en nuestro país, y en toda Europa.

A continuación del mismo les adjunto las cuatro partes en que he dividido dicho trabajo para publicarlo en este blog y así podrán hacerse una idea de cómo era el texto original.

"Ahora entiendo porqué cuando Alejandro era vacunado tenía que soplar sus ojos mientras lo acunaba, se quedaban abiertos. Cuando Alejandro era vacunado su temperatura subía irremediablemente. Al día siguiente de un cóctel de vacunas su cuerpo se llenó de granos. Ahora entiendo porqué mi mujer y yo siempre decíamos ‘el niño está bien venimos de vacunarlo y lo malito que se pone, joder con la vacunas'. Sigo sin entender porqué han envenenado a mi hijo, porqué nada mas salir del vientre de su madre le inyectaron mercurio. Sigo culpándome de no haberme dado cuenta antes".


LA LIGA PARA LA LIBERTAD DE VACUNACION es una asociación plural de ciudadanos (profesionales y usuarios de la sanidad), preocupados por la rigidez e indiscriminación de los programas vacunales. Nace en Barcelona a finales de 1989 y desde marzo de 1992 está inscrita en el registro de asociaciones (nº 107.435). Somos una asociación sin fines lucrativos, independiente de vínculos e intereses corporativos, económicos e ideológicos, y mediante el trabajo voluntario de sus miembros pretende, entre otros fines, dar a conocer una información libre, contrastada y crítica sobre las vacunas y las consecuencias que provoca.


Os recuerdo que la vacunación en España NO ES OBLIGATORIA, excepto en caso de pandemia reconocida por la OMS (adjunto documentación).
También os recuerdo que cuando vayáis a vacunaros podéis solicitar al médico que os firme un documento sobre la seguridad de la vacuna que os váis a poner. Si se negara a firmarlo, no tenéis ninguna obligación moral de poneros la vacuna (adjunto documento).

DOCUMENTOS IMPRESCINDIBLES
Solicitud de Garantía sobre la Seguridad de las Vacunas a emitir por los profesionales de Medicina

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EL Ministerio de Sanidad y Política Social informa en su página web que el calendario de vacunación en España no es obligatorio, sino recomendado. El último calendario aprobado por el Consejo Interterritorial del SNS, y en el que tal como figura en el mismo, es el recomendado
Bajar calendario

 

Por favor, no dejéis de ver la entrevista a Ana Medina, con los efectos secundarios que se desencadenaron después de vacunar a su hijo...

 

Nuevo estudio muestra que las vacunas causan los cambios cerebrales encontrados en el autismo

Un crecimiento y una función anormal del cerebro son característicos del autismo, un trastorno del desarrollo cada vez más común que afecta actualmente a un niño estadounidense de cada 60.

Una nueva investigación en la Universidad de Pittsburgh y del Thoughful House Center para niños en Austin, Texas, ha encontrado cambios cerebrales muy similares a los observados en el autismo en bebés monos que recibieron el mismo programa utilizado en los EE.UU. en los años ' 90 con las vacunas que contienen timerosal, el conservante a base de mercurio comúnmente utilizados entonces y ahora.

Los descubrimientos fueron publicados en la revista científica "Acta Neurobiologiae experimentalis". Fueron utilizados técnicas de Scaner que evaluaron a través del tiempo tanto la función cerebral como el crecimiento del cerebro en los mismos animales. El equipo de investigación fue capaz de ver las diferencias en el modo en que se han desarrollado los cerebros de los animales vacunados de los no vacunados. Las exploraciones fueron realizadas antes y después de la primera administración de las vacunas triple viral (sarampión - rubéola - paperas) y la vacuna DTaP / Hib que se administró en los seres humanos a los 12 meses de edad.

A lo largo del periodo de estudio, los animales vacunados mostraron un incremento en el volumen total del cerebro - una característica de los cerebros de muchos niños con autismo - respecto a los animales no vacunados. Una parte específica del cerebro, sin embargo, asociadas a respuestas emocionales que se sabe que son importantes en el autismo, la amígdala, no mostraron alteraciones hasta después de la administración de vacunas realizada a los 12 meses. Además, sólo despues de la vacuna de los 12 meses, las exploraciones funcionales del cerebro han mostrado diferencias significativas entre los dos grupos. Estas exploraciones estaban dirigidas a valorar la actividad funcional de los receptores de compuestos tipo morfina (opioides) que tienen un importante papel en los cerebros de los niños que sufren de autismo. La vacuna se asoció con un aumento en la actividad de ligar los opioides a los receptores en la amígdala en comparación con una disminución observada en el grupo de animales no vacunados.

Los resultados indican que las vacunas múltiples durante los primeros 3-4 meses puede tener un impacto decisivo en el crecimiento del cerebro y su desarrollo en una forma consistente con los hallazgos sobre el autismo. Para la amígdala, los nuevos resultados de crecimiento y la función anormal parecen estar vinculadas a MMR, DTaP y Hib realizadas a los 12 meses.

En el editorial que acompañaba al estudio, el Dr. Kris Turlejski, el editor jefe de la revista, describió los hallazgos como "alarmantes", "Sosteniendo la posibilidad de que exista una conexión entre la vacunación precoz y la etiología del autismo".

En el mismo tipo de monos, el equipo de investigadores ha identificado un retraso en la adquisición de los reflejos de las vías de la médula oblonga en las crías expuestas en el primer día de vida (Cómo los niños americanos!) a la vacuna contra la hepatitis B que contiene timerosal en comparación con los animales no vacunados. Se estállevando a cabo una segunda fase más extensa del estudio para ver si estos resultados pueden ser replicados.

El Dr. Andrew Wakefield, que no es un autor, pero lo ha apoyado durante el proyecto, dijo: "Espero que este estudio no sólo contribuya a la comprensión de los orígenes del autismo, sino que también proporcione una dirección sobre la forma de probar nuevos tratamientos que puedan hacerse con seguridad para el autismo y las vacunas ".

Referencias: Hewitson Laura, Brian J. Lopresti, Carol Stott, N. Scott Mason y Jaime Tomko. Influencia de las vacunas pediatricas en el crecimiento en la amígdala y la unión del ligando opioide en bebés de macacos rhesus: Un estudio piloto. Acta Neurobiol Exp. 2010. 70: 147-164

Kris Turlejski. Focus on Autism Editorial Comment Acta Neurobiol Exp 2010. 70: 117-118

http://www.emergenzautismo.org/content/view/815/48/

EL PAÍS

En junio de 2011 el periódico El País, mediante el artículo de un presunto analista Ricardo Querol, manipulaba a sus lectores explicando las maldades de los que no vacunan a sus hijos. Y de paso, los demonizaba y les echaba todas las culpas de los nuevos casos de sarampión que están apareciendo en España.

Yo me pregunto ¿porque este ser humano se encoleriza con los que no se vacunan? ¡Déjelos en paz, caballero! Estos padres ya son mayorcitos para ser responsables de sus actos y sus conscuencias, respecto de sus hijos.

LA GRAN MANIPULACIÓN

Este hombre decía que los no vacunados ponían en peligro a la población ¿Qué peligro? Si el resto de la población está vacunada contra el sarampión -y de las decenas de vacunas que nos van intentando imponer día a día- no entiendo porqué deben preocuparse de los que eligen no vacunarse. Es imposible que los contagien ¿o no es así?

Este caballero debería saber algo: ¡El 50% de los niños que se vacunan contra el sarampión caen enfermos después de la vacunación!

Por lo tanto los que contagian a los demás son los que sí se vacunan...

Querol hacía referencia a un artículo de Andrew Wakefiled publicado, en 1998, en la prestigiosa revista científica The Lancet, y que posteriormente fue retirado -por presiones de multinacionales farmacéuticas- porque no era exacto. El artículo se refería a la relación de la vacuna triple vírica con el autismo en los niños vacunados. Al parecer los grupos antivacunación se habían protegido con la bandera de la verdad y la razón, equivocadamente, basándose en un estudio erroneo.

De lo que no habla Querol es de todos los estudios posteriores que se han hecho sobre el autismo y que confirman que hay una clara relación de esta enfermedad con las vacunas.

Pero es muy fácil asustar a la población y manipular a los lectores diciéndoles que los "anti-vacuna" son unos irresponsables, que se mueven en los foros esotéricos y que no tienen conocimiento alguno.

Señor Querol: entre los "incultos" que no desean ser vacunados hay médicos, enfermeros, abogados, científicos, investigadores, ingenieros, monjas... Cientos de miles de personas que tienen otra visión de la vida, y que están hartos de que "sesudos analistas", como usted, den una visión sesgada de la realidad.



ASPECTOS ADVERSOS DE LA VACUNA CONTRA EL SARAMPIÓN. Alrededor del 5% al 15% de los receptores de vacuna susceptibles presenta una temperatura de 39,4 °C (103 °F) o más alta, en general de 6 a 12 días después de recibir la vacuna MMR; por lo general la fiebre dura de uno a dos días, pero puede persistir hasta cinco días. Los individuos con fiebre no suelen presentar otros síntomas. Se han comunicado exantemas transitorios en alrededor del 5% de los vacunados. Se observa trombocitopenia transitoria en 1 de 25 000 a 1 en 2 millones de individuos después de la administración de vacunas con componente antisarampionoso, específicamente MMR.
Las tasas de la mayoría de los acontecimientos adversos locales y sistémicos fueron comparables en los niños inmunizados con vacuna MMRV y los inmunizados con vacuna MMR y antivaricelosa administradas simultáneamente. Sin embargo, la tasa de fiebre >38,9 °C (>102 °F) fue significativamente mayor en los que recibieron MMRV que en los que recibieron MMR y antivaricelosa (21,5% frente a 15%, respectivamente) y se observó exantema similar al del sarampión en el 3% de los vacunados con MMRV y el 2% de los vacunados con MMR y antivaricelosa.
En los Estados Unidos la frecuencia comunicada de trastornos del sistema nervioso central después de la vacunación antisarampionosa, incluidas encefalitis y encefalopatía, es de menos de 1 por millón de dosis aplicadas. Debido a que en ese país la incidencia de encefalitis o encefalopatía después de la vacunación antisarampionosa es más baja que la incidencia observada de encefalitis cuya de causa se desconoce algunos o la mayoría de los trastornos neurológicos graves comunicados rara vez pueden estar relacionados de manera coincidente, más que causal, con la vacuna antisarampionosa. Si bien se han comunicado casos de autismo y enfermedad inflamatoria intestinal después de la vacunación antisarampionosa, múltiples estudios, así como una Revisión de la seguridad de las vacunas del Institute of Medicine (Institute of Medicine Vaccine Safety Review), refutan una relación causal entre estas enfermedades y vacuna MMR. Después de la revacunación, se prevé que las reacciones serán similares pero mucho menos frecuentes porque la mayoría de estos vacunados son inmunes.

Convulsiones. Los niños predispuestos a convulsiones febriles pueden presentar convulsiones después de la vacunación antisarampionosa. Si bien el riesgo de convulsiones puede ser ligeramente mayor en los niños con antecedentes de convulsiones o cuyos familiares directos tienen antecedentes convulsivos, se los debe vacunar porque los beneficios superan mucho a los riesgos.

Panencefalitis esclerosante subaguda. La vacuna antisarampionosa, al proteger contra el sarampión, disminuye de manera significativa la posibilidad de presentar PEES.

PRECAUCIONES Y CONTRAINDICACIONES.

Enfermedades febriles. Los niños con enfermedades menores, como infecciones de las vías aéreas superiores, pueden ser vacunados. La fiebre no es una contraindicación de la vacunación. En cambio, si otras manifestaciones sugieren una enfermedad más seria, no se debe vacunar al niño hasta que se haya recuperado.

Reacciones alérgicas. Las reacciones de hipersensibilidad son raras y, por lo general, son menores; consisten en una pápula y reacciones eritematosas o urticaria en el lugar de la inyección. Se han atribuido a vestigios de neomicina o gelatina, o algún otro componente de la formulación de la vacuna. La anafilaxia es rara. La vacuna antisarampionosa es producida en cultivo de células de embrión de pollo y no contiene cantidades significativas de proteínas de reacción cruzada con la clara de huevo (ovoalbúmina). Los niños con alergia al huevo tienen bajo riesgo de reacciones anafilácticas a las vacunas con componente antisarampionoso (incluida MMR). En los niños la investigación cutánea de alergia al huevo no predice reacciones a la vacuna MMR y no es necesaria antes de administrar MMR ni otras vacunas con componente antisarampionoso. Los individuos con alergias a pollos o plumas no corren mayor riesgo de reacción a la vacuna.
Los individuos que hayan tenido una reacción de hipersensibilidad significativa después de la primera dosis de vacuna antisarampionosa deben 1) ser investigados para determinar si hay inmunidad contra el sarampión y, si son inmunes, no deben recibir una segunda dosis o 2) ser evaluados e investigados mediante una prueba cutánea antes de recibir la segunda dosis. No se debe revacunar a los que hayan presentado una reacción anafiláctica inmediata a la vacunación antisarampionosa previa, pero se los debe investigar para determinar si son inmunes.
Los pacientes que hayan presentado reacciones anafilácticas a la gelatina, o a la neomicina tópica o por vía sistémica, deben recibir la vacuna antisarampionosa sólo en contextos donde se puedan manejar estas reacciones y después de consultar con un alergólogo o un inmunólogo. Sin embargo, la mayoría de las veces, la alergia a la neomicina se manifiesta por dermatitis de contacto, que no es una contraindicación para recibir vacuna antisarampionosa.

Trombocitopenia. Rara vez la vacuna MMR se asocia con trombocitopenia dentro de los dos meses de la inmunización, y cuando ocurre es 2 a 3 semanas después de la inmunización. Sobre la base de comunicaciones de casos el riesgo de trombocitopenia asociada con la vacuna puede ser más alto en individuos que presentaron antes trombocitopenia, en especial cuando ésta mostró asociación temporal con la vacunación previa con MMR. La decisión de vacunar a estos niños depende de la evaluación de la inmunidad después de la primera dosis y los beneficios de la protección contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola, respecto de los riesgos de la recurrencia de la trombocitopenia después de la vacunación. No se ha comunicado ningún caso de trombocitopenia asociada con vacuna MMR que haya provocado la muerte en individuos por lo demás sanos.

Administración reciente de inmunoglobulina. Los preparados de IG interfieren con la respuesta serológica a la vacuna antisarampionosa durante períodos variables, lo que depende de la dosis de IG administrada. En el Cuadro 55) se muestran los intervalos sugeridos entre la administración de IG o derivados hemáticos y la vacunación antisarampionosa. Si la vacuna se administra con intervalos más cortos que los indicados, lo que puede estar justificado si el riesgo de exposición a sarampión es inminente, se debe revacunar al niño cuando haya transcurrido el intervalo apropiado para la vacunación o más adelante (y por lo menos cuatro semanas después de la inmunización previa), a menos que la investigación serológica indique que se produjeron anticuerpos específicos contra el sarampión.
Si se va a administrar IG para prepararse para un viaje al extranjero, la vacunación debe preceder a la administración de IG en no menos de dos semanas para impedir la interferencia con la replicación del virus de la vacuna.

Tuberculosis. La intradermorreacción tuberculínica no es un requisito para la vacunación antisarampionosa. Se debe iniciar tratamiento contra la tuberculosis antes de administrar MMR a individuos con infección o enfermedad tuberculosa no tratada. La intradermorreacción tuberculínica, si por lo demás está indicada, se puede efectuar el día de la vacunación. De lo contrario, se la debe posponer durante 4-6 semanas, pues la vacuna antisarampionosa puede suprimir de manera transitoria la reactividad de la intradermorreacción tuberculínica.

Alteración de la inmunidad. Los pacientes inmunosuprimidos con trastornos asociados con mayor gravedad de las infecciones virales no deben recibir vacuna antisarampionosa de virus vivos. Es posible reducir el riesgo de exposición a sarampión de los pacientes inmunosuprimidos vacunando a sus contactos cercanos susceptibles. El conocimiento previo de su estado de inmunidad puede facilitar el manejo de los pacientes inmunodeficientes e inmunosuprimidos expuestos a sarampión. Los pacientes susceptibles con inmunodeficiencias deben recibir IG tras la exposición a sarampión.

Corticosteroides. En los pacientes que han recibido altas dosis de corticosteroides (>2 mg/kg o >20 mg/día de prednisona o su equivalente) durante 14 días o más y que no presentan otro tipo de inmunosupresión el intervalo recomendado antes de la vacunación es de por lo menos 1 mes. Por lo general los esteroides inhalatorios no provocan inmunosupresión y no son una contraindicación de la vacuna antisarampionosa.

Infección por virus de la inmunodeficiencia humana. Se recomienda vacunación antisarampionosa (administrada como vacuna MMR) a las edades habituales para los individuos con infección por HIV asintomática y para aquellos con infección sintomática que no presentan inmunosupresión grave, pues el sarampión puede ser grave y a menudo fatal en pacientes infectados por HIV. Los lactantes, los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes infectados por HIV con inmunosupresión grave, definida por bajos recuentos de linfocitos T CD4+ o porcentaje de linfocitos totales, no deben recibir vacuna con componente antisarampionoso, pues se ha comunicado neumonía relacionada con la vacuna. Todos los convivientes de una persona infectada por HIV deben recibir vacuna antisarampionosa (preferiblemente, como MMR) a menos que est6n infectados por HIV y tengan inmunosupresión grave, hayan nacido antes de 1957, hayan presentado sarampión diagnosticado por un médico, tengan evidencia de laboratorio de inmunidad contra el sarampión, hayan recibido vacunas apropiadas para la edad o tengan una contraindicación para recibir vacuna antisarampionosa.
Independientemente del estado de inmunización los pacientes infectados por HIV sintomáticos expuestos a sarampión deben recibir profilaxis con IG porque la vacunación puede no conferir protección.

Antecedentes personales o familiares de convulsiones. Los niños con antecedentes personales o familiares de convulsiones deben ser vacunados después de advertir a los padres o los tutores que el riesgo de convulsiones después de la vacunación antisarampionosa es ligeramente mayor. Dado que la fiebre inducida por la vacuna antisarampionosa suele aparecer a los 6-12 días de la vacunación es difícil prevenir las convulsiones febriles relacionadas con la vacuna. Los niños medicados con anticonvulsivantes deben continuar con este tratamiento después de la vacunación antisarampionosa.

Embarazo. No debe administrarse vacuna antisarampionosa de virus vivos, ni como vacuna monovalente ni como un componente de MR, MMR o MMRV, a las embarazadas. Las mujeres que reciben MMR no deben quedar embarazadas durante por lo menos 28 días. Esta precaución se basa en el riesgo teórico de infección fetal, que se aplica a la administración de cualquier vacuna de virus vivos a mujeres que podrían estar embarazadas o pudieran quedar embarazadas poco después de la vacunación. De todos modos, ninguna evidencia avala este riesgo teórico. Cuando se vacuna a adolescentes y adultos jóvenes contra el sarampión se recomienda preguntarles a las mujeres si están embarazadas, excluir a las que lo están y explicar los riesgos teóricos a las otras.

Video: El Estado chileno también ha sido demandado por padres de hijos autistas tras su vacunación con mercurio: http://www.youtube.com/watch?v=B7FZ9LuzZSo

Quien así habla es Manuel García. Su hijo Alejandro nació en junio de 2006 en Alicante y se desarrolló muy sano, como apuntaba su pediatra, hasta los 15 meses de vida.

 

"Entonces vimos cómo Alejandro se alejaba de nosotros progresivamente: dejó de hablar, nunca se giraba cuando se le llamaba, no miraba a los ojos, se despertaba cuatro cinco veces por la noche con ‘pesadillas' y sus cacas eran bolas negras y duras como piedras. Cada día daba un pasito hacia atrás tras haber recibido las 24 vacunas que le inyectaron en sus 18 primeros meses de vida", comenta Manuel.

También sufría estereotipias, patrones de comportamiento repetitivos como mirar de reojo por sistema, darse cabezazos contra la pared, aletear de manos o girar sobre sí mismo sin parar. Sin antecedentes familiares, con un embarazo correcto y vida normal hasta ese año y medio de vida, los padres de Alejandro han removido cielo y tierra y han cambiado en varias veces de pediatra para saber qué le ocurre. Le han hecho todas las pruebas posibles (electroencefalograma, resonancia magnética craneal, potenciales evocados auditivos, pruebas genéticas) y su diagnóstico es Trastorno Generalizado del Desarrollo".

Estos padres preocupados han encontrado médicos que conocen la posible relación del mercurio con esta enfermedad.

"Los doctores han analizado metódicamente el organismo de Alejandro. Según las pruebas que le hicimos en España, Alemania y Estados Unidos lo objetivo y evidente es que el resultado del análisis de orina muestra cinco veces más mercurio de lo ‘normal'; 5,01 mcg/g de creatina cuando debería estar por debajo de 1. Las muestras de cabello indican que el niño tiene doce veces más mercurio de lo ‘normal', 4,8 mcg/g cuando debería estar por debajo de 0,4. El equipo médico que trata a Alejandro, incluso técnicos de laboratorios en conversaciones telefónicas me han dicho que los niveles de mercurio son tan elevados que estadísticamente solo puede ser debido que se le haya inyectado".

Las investigaciones del equipo técnico contratado por los padres afirman que a los seis meses de vida Alejandro había recibido, a través de las vacunas, seis veces más mercurio del establecido por los distintos organismos internacionales. Hoy, gracias a los tratamientos biológicos que el niño está recibiendo Alejandro ya no tiene estereotipias, controla esfínteres, empieza hablar y su comportamiento se ha normalizado. En seis meses Alejandro ha recuperado mucho del tiempo perdido y, aunque sus padres todavía están inmersos en esta pesadilla, están muy animados pues saben de otros padres que han salido del infierno en la tierra que ha supuesto para ellos esta experiencia.

"A día de hoy ni los laboratorios farmacéuticos ni Salud Pública de la Comunidad valenciana me han dicho qué contenían exactamente las vacunas que le inocularon. Las autoridades tienen la obligación de informarnos. ¿Qué componentes van a inyectar a nuestros hijos? ¿Qué efectos secundarios pueden tener? ¿Son efectivas esas vacunas, pueden dejar trazas residuales en el organismo? ¿Qué proceso experimental han seguido? Y ¿qué alternativas de vacunación tenemos?", concluye el padre de Alejandro.

 

 

 

Gráfico: La polio, la varicela y la difteria estaban en declive antes de la introducción de las vacunas. La vacunación obligatoria en Inglaterra y Gales resultó en un enorme aumento de la enfermedad. La fiebre tifoidea se extinguió sin ningún programa de vacunación.

 

Los grandes negocios presionan para más vacunaciones

Los niños de los Estados Unidos representan la población más vacunada en todo el mundo. Las multinacionales farmacéuticas proporcionan millones de dólares para la creación de organizaciones tapadera como "All Kids Count" ("Todos los niños cuentan") y "Immunization Action Coalition" ("Coalición de Acción para la Inmunización"), grupos con nombres neutrales y amigables que disfrazan los fondos farmacéuticos detrás de su mandato de promover la vacunación.

Las vacunas producen billones de dólares al año para las compañías farmacéuticas, en parte porque el gobierno financia campañas de vacunación masiva comprando las vacunas con el dinero de nuestros impuestos y a parte dando más millones de dólares a los departamentos de salud con el objetivo de alcanzar la vacunación al 100%. Si no obtienen resultado, el dinero puede ser retirado del Estado. El resultado de toda esta cantidad de dinero disponible para autoridades de salud estatales es una enorme presión que se aplica a los colegios, que a su vez presionan a los padres requiriendo pruebas de vacunación para la entrada a colegios en cualquier nivel de desarrollo del niño.

 

Resistencia

A pesar de todo esto, la resistencia a los programas de vacunación está creciendo y millones de padres están cuestionando tanto la ciencia que subyace a ésta como los preocupantes efectos secundarios que produce.

Un estudio de 2003 concluyó que el 93% de los pediatras y el 60% de los médicos de familia informaron de al menos una familia que había rechazado una vacuna para su hijo. Cuando un padre o una madre eligen limitar o salirse del programa de vacunación, una gran variedad de respuestas oficiales se han dado que van desde no presentarse dificultades, hasta el extremo opuesto, amenazas oficiales de cargos de abandono médico del niño. En EEUU, es un hecho desafortunado que los hijos cuyos padres han rehusado vacunarles han sido echados de la oficina del médico e incluso se les ha denegado la entrada a un colegio. En casos extremos, oficiales han acusado a los padres de abandono médico del niño y los han obligado a ir a juicio para conservar el derecho de criar a su hijo ("¿Dónde está la libertad en ese país libre que llaman EE.UU.?")

Pero también es verdad que muchos padres no reciben resistencia de las autoridades y su derecho de rechazo de las vacunaciones no es desafiado, siempre y cuando sigan las leyes del respectivo estado para la exención.

 

Cómo rechazar la vacunación

Como este corto artículo no puede examinar cada vacuna, si tiene algunas preguntas sobre una vacuna específica, por favor lea las referencias y la lista de lecturas recomendadas al final de este artículo. Aunque el sistema de salud recomiende o presione hacia la vacunación, las vacunas no son "requeridas legalmente". Nadie tiene la autoridad legal de vacunar a su hijo en contra de sus deseos. Si el nacimiento tiene lugar en un hospital, puede establecer los impresos de tratamiento médico o su plan de nacimiento, y claramente hacer constar que no quiere ninguna vacuna para su hijo mientras esté en el hospital. Debería también comunicar su petición al personal de todos los turnos, si usted misma no puede, su esposo o abogado pueden encargarse de comunicar sus deseos de forma clara y directa.

Una vez su hijo ha nacido, la presión para vacunarle viene generalmente sólo del sistema de salud. Médicamente, usted es totalmente libre de tomar cualquier decisión en cualquier momento que usted sienta que es mejor en cuanto al plan de vacunación de su hijo. Sin embargo, si usted elige no vacunarle, muchos médicos pueden mentirle diciendo que las vacunas son obligatorias o asustarle con estadísticas exageradas sobre los peligros de la no vacunación, e incluso decirle que puede que no acepten a tu hijo en la guardería o el colegio. Pero todo esto que pueden decirle no es la verdad, son sólo los únicos argumentos falsos que les quedan para perpetuar la vacunación y convencerle, ya que actualmente en nuestra sociedad la vacunación no tiene realmente ninguna ventaja pero sí muchos inconvenientes, ya que es la causa de enfermedades crónicas graves infantiles como el autismo, la hiperactividad y trastornos del sistema inmunitario (asma, alergias), entre otras. Desafortunadamente la nata y la fresa de la práctica pediátrica son las numerosas visitas de "niño sano" que incluyen la vacunación durante el desarrollo de tu hijo.

Los colegios y guarderías privados tienen sus propias normas y pueden o no rechazar a niños que no han sido vacunados. Los colegios públicos, sin embargo, no suelen rechazar a niños no vacunados o parcialmente vacunados pero en caso de que sí se encuentre con este rechazo, la solución es preparar una exención legal, que es simplemente un documento de objeción de conciencia. Hay tres tipos de exenciones: filosóficas, médicas y religiosas.

Una vez ha comprobado las leyes de su estado respectivo, puede elegir el tipo de exención que se adapta mejor a su situación. Es muy importante presentar los documentos adecuados al colegio para que tu negativa a la vacunación no sea interpretada como abandono parental. Una exención filosófica generalmente requiere una breve carta simplemente informando de que usted objeta a la vacunación. La exención religiosa también requiere una carta, pero algunos estados estipulan que usted debe ser un miembro practicante de una religión que específicamente se opone a la vacunación. La exención médica es a menudo la más difícil de obtener porque los médicos están sujetos a revisión y censura por las autoridades médicas estatales cuando conceden exenciones. En algunos casos las exenciones médicas pueden ser obtenidas de la enfermera del colegio, y son muchas veces más fáciles de obtener que las de un médico.

Felizmente, simplemente firmando y mandando la exención es generalmente todo lo que se necesita. Algunas cartas de exención deben ser notariadas y redactadas en borrador como una declaración jurada firmada. Y algunos registros de inmunización de colegios tienen una sección de exenciones en la solicitud misma, que tú simplemente puedes rellenar. Aquí está el ejemplo de uno en California: www.dhs.ca.gov/publications/forms/pdf/pm286b.pdf. Para ejemplos de cartas de exención en todos los posibles escenarios y estados ir aquí: www.vaclib.org/pdf/exemption.htm

Cuando se discute la decisión de no vacunar, es mejor permanecer en calma, cortés y diplomático, incluso enfrente de la ignorancia y de la resistencia de las autoridades. No entre en discusiones con las autoridades y atraiga la atención sobre tu decisión. No hay necesidad de adjuntar documentos a la exención probando la evidencia de problemas con la vacunación o explicando tus razones de rehusarla, usted simplemente quiere una exención para su hijo.

Por encima de todo, recuerde que está amparado por la Constitución y por las Leyes para aceptar o rechazar un procedimiento médico que implique la posibilidad de riesgos. No admita ser intimidado a administrar una vacuna sin su consentimiento, ninguna autoridad tiene el derecho legal de vacunar a su hijo sin su permiso. Si lo hacen, se abren a sí mismos a responsabilidad legal y usted tiene todos los recursos de la ley detrás suyo. En el caso de que experimente resistencia, ellos son los que están incumpliendo la ley, no usted. No se sienta coaccionado o intimidado en vacunar a su hijo, es su elección y su derecho de hacer lo que crea que es mejor.


Inmunidad natural

Aquellos de nosotros que estamos involucrados en la Fundación de Weston A. Price, tenemos un entendimiento profundo de las mentiras y distorsiones que varias fuerzas corporativas y gubernamentales usan para controlar nuestras elecciones alimenticias. Las bases de la Campaña para la Verdadera Leche (Campaign for Real Milk) empezaron con una investigación de los hechos de la situación, se analizó cómo los medios de comunicación y el negocio agrícola distorsionaron la verdadera historia de la leche cruda y pasteurizada, se organizó una campaña para la libertad de elección, y se apoyó a los ganaderos que se comprometieron a producir leche cruda.

Son los mismos tipos de distorsiones y propaganda sobre los medicamentos y las vacunas a los que a menudo se les hace la vista gorda en el colectivo de gente interesada en alimentos naturales. El doctor que les dice a los padres que la leche cruda le dará tuberculosis a su hijo es el mismo que les asegura que las vacunas son inocuas, efectivas y nada sobre lo que preocuparse.

Sabemos que los niños de las numerosas culturas que Weston A. Price estudió no necesitaban vacunas; crecían con una energía vibrante, saludables, y fuertes, capaces de luchar contra enfermedades infecciosas mientras que mantuvieran sus dietas originales y nativas. Si algún niño estuviera en peligro de tener una enfermedad infecciosa tenemos a nuestra disposición muchas herramientas poderosas: alimentos curativos densos en nutrientes junto con homeopatía, acupuntura, herbalismo y naturopatía, todos ellos sistemas de curación basados en la naturaleza que tienen en cuenta el buen estado total de toda la persona para restablecer y mantener la verdadera salud. La reciente avalancha de escándalos de medicamentos exponiendo muertes y daños debidos a fármacos aprobados totalmente por la FDA demuestra un perjuicio mucho mayor que los problemas específicos con medicamentos particulares.

La medicina Occidental opera bajo la suposición de que medicamentos y vacunas sintéticas y modificadas genéticamente curan al enfermo y protegen a los jóvenes de la enfermedad, un supuesto que se espera que los padres acepten sin cuestionar. Pero en lo que se refiere a su hijo, usted es el experto más cualificado para decidir lo que es mejor para él, basándose en su inteligencia y su sentido común, de la misma forma que nosotros luchamos por nuestro derecho a comer comida real.

Fuentes: Lynne Born, lacoctelera.net

[1] Barbara Loe Fisher, National Vaccination Information Center,http://www.909shot.com/. Nevada County, California, tiene el porcentaje más alto de niños sin vacunar en el estado de California, proporcionando un escenario ideal para este simple estudio.http://www.sfgate.com/cgi-bin/article.cgi?file=/chronicle/archive/2003/05/25/CM171959.DTL.

[2] Por su excelente colección de cientos de artículos publicados y revisados por pares sobre los peligros, los efectos secundarios y la ineficacia de la vacunación, ver: Vaccination: 100 Years of Orthodox Research shows that Vaccines Represent a Medical Assault on the Immune System, by Viera Scheibner, Ph.D., 1997. (Vacunación: 100 años de investigación ortodoxa muestran que las vacunas representan un asalto al sistema inmunitario). Artículo disponible de New Atlantean Press, 505-983-1856. Ver también cualquiera de los excelentes libros de Neil Z. Miller, incluyendo: Vaccines: Are They Really Safe and Effective?, 2002 (Vacunas: ¿Son realmente seguras y efectivas?). Visita esta web para libros adicionales:http://www.thinktwice.com/.

[3] Incluso el doctor Jonas Salk, quien desarrolló la primera vacuna de la polio admitió bajo juramento que la mayoría de los casos de polio en los Estados Unidos desde 1961 fueron realmente causados por la vacuna.

[4] David Kessler, Introducing MedWatch: A new approach to reporting medication and device adverse effect and product problems, Journal of American Medical Association, July 2, 1993, 269(21): 2765-68.

[5] Mientras que las muertes se sucedían una tras otra en marzo y abril de 2003, los titulares leían así: "La primera muerte: Enfermera muere tras la vacunación contra la varicela"; "El segundo trabajador muere de ataque al corazón después de la vacunación contra la varicela"; y "Juez resuelve que las vacunaciones [contra la varicela] contribuyeron a la muerte del militar". (Una búsqueda en Internet fácilmente revela estos artículos). Sin embargo, por junio de 2003, los artículos de los medios de comunicación dominantes no sólo estaban ignorando las muertes tempranas, continuaron usando las viejas e imprecisas cifras de una o dos muertes por millón en lugar de las nuevas actualizadas, las verdaderas que habían llegado a ser evidentes durante este programa de vacunación.

[6] Merck & Co. 1993 product insert for Recombivax HB.

[7] 1997 Illinois Board of Health hearing, The Congressional Quarterly, August 25, 2000, pg. 647.

[8] Barthelo Classen, M.D., CEO of Classen Immunotherapies Inc. Epidemiologic study in the New Zealand Medical Journal, 1996.

[9] Ver http://www.909shot.com/History/Newsletters/hepbnlr.htmpara una información más detallada sobre los peligros y riesgos de la vacuna Hepatitis B.

[10] National Vaccination Information Center,http://www.909shot.com/; Think Twice Global Vaccine Institute,http://www.thinktwice.com/.

[11]Ver http://www.thinktwice.com/stories.htm,http://www.mothering.com/articles/growing_child/vaccines/wake.html.

[12] El concepto de que las enfermedades epidémicas fueron erradicadas por reformas sanitarias es reforzado cuando los desastres naturales destruyen los servicios sanitarios y las carreteras, trayendo epidemias con el colapso de la infraestructura. La vacunación no termina con las epidemias, sólo el restablecimiento de los servicios básicos restablece la salud.

[13] Puedes ver las tablas que muestran el descenso de las epidemias en mi artículo "Smallpox Vaccine has the Pox":http://www.mothering.com/articles/growing_child/vaccines/wake.html, julio-agosto 2003.

[14] Para un estudio exhaustivo sobre el desarrollo fraudulento y sin rigor científico de la vacuna de la varicela, ver mi artículo al que se hace referencia en la nota nº 13.

[15] Ver Immunization, The Reality Behind the Myth, by Walene James, 1995, Chapter 10 "Appointment with Tyranny", que trata de una batalla en los tribunales sobre el derecho de no vacunarse en 1981.

[16] Ver How To Raise a Healthy Child In Spite of Your Doctors (Cómo criar a un niño sano a pesar de tus médicos), por Robert Mendelsohn, M.D., una excelente fuente sobre la paternidad sin vacunaciones.

[17] El Dr. Joseph Mercola ha escrito un excelente artículo que detalla cómo ejercer resistencia en tu estado: How to Legally Avoid Unwanted Immunizations of All Kinds (Cómo evitar legalmente inmunizaciones de cualquier tipo), http://www.mercola.com/article/vaccines/legally_avoid_shots.htm

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Comentarios: 2
  • #1

    cjs (sábado, 02 febrero 2013 03:58)

    debemos fomentar por mas medios de estos oscuros intereses

  • #2

    Juicer Review (jueves, 25 abril 2013 22:06)

    This article was just what I was in search of!

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